Me tienes en un punto
En que puedo ser capaz de crear
De conjeturar, de concebir, de engendrar
Un momento, como
Jamás antes pude.
Porque me llevas en un viaje de palabras
Del que no quiero bajar, hasta
Que sea para posarme en tu pecho
Y de esa manera saborearte como
Música en mis dedos sigilosos.
Hasta entonces, no existo

Tócame con poesía,
Recítame versos al oído para sentirte adentro, muy adentro

Sentí mi vientre que palpita
Con sonido de tambores africanos
Cada vez más intensos, más punzantes
Reclamando el día en que
Vamos a ser testigos de este recital,
De este lenguaje desconocido
Que tratamos de descifrar
Gritando al compás del
Movimiento oscilatorio
De oleaje indeterminado
Que producen mis caderas

Tócame con poesía
Recitame versos al oído para sentirte adentro, muy adentro

Léeme, convertime en una oración
Escribí en mi piel tus huellas digitales
Como marcas del sudor que emana
Del ritual de cuerpos fusionados

Sedúcime, Tómame, bailá con mis sentidos
Tocá las teclas infinitas de mi cuerpo
Para inventar tonadas inéditas e intensas
como combinaciones logarítmicas
como música de esferas celestes
como cuento curvo sin límite


Observame, sentime, pronunciame
Fonetizame, articulame

...Y simplemente Soplás...



Fabricamos en ese segundo sin fin
una manera distinta de vivir el sueño
Haciéndolo vivo y palpable
Pudiéndonos beber el uno a la otra
En palabras y gemidos
Para empaparnos de un líquido reservado a
Poetas dementes que se encuentran
A hurtadillas en sus verbos

Y nos hallamos en ese momento de fantasía
Que se gestó en nuestra carne
Y terminó en tus agudas manos sobre
mi arqueada y sudorosa espalda
Y en mis Rebeldes ojos
que profetizaron tus jadeos

E hilamos entonces con agujas delicadas
nuestra piel y nuestros labios.
Zurciendo como los dioses,
el día y la noche con una
pequeña madeja negra

Encarnamos el ocaso de colores como
No somos capaces de imaginarnos
y fuimos juntos
Una luna distinta, antes de
renacer en un sol de mandarina



Y ese justo instante
Es en el cual existo de nuevo



Basado en hechos reales de fantasía, Celina Vides