Evoque tu nombre al viento,
Pero, el cielo me respondió con un amargo llanto...
Una lluvia ácida comenzó a carcomer mis sentimientos
Lacerando especialmente aquella vieja llaga recién cicatrizada,
Y de esta no manaba mas que el negro escozor de la desdicha de mi alma.

Las yemas de mis dedos se estiraban implacables
Ante el fulguroso deseo de tocar aquel recuerdo tuyo
Que con un sublime grito apasionado
Y un infame pico
Lastimaba mi existencia
Hasta los mas oscuros rincones de esta.

Mis oídos percibieron una bella música gemebunda;
Era tu voz, los violines de la tristeza y las lagrimas del cielo
Una mezcla homogénea!
Que el viento se hizo cargo de empapar de esta respuesta tuya,
Los mas fríos paramos sobre esta tierra...