Era paciente, como un mar de abril envuelto en suave vaivén. Era imperfecto, como la sonrisa que proyectan unos dientes de leche incompletos. Era un nido de posibilidades y alternativas a ofrenda de mi complicación. Era maravilloso, insobornable, profundo como un sueño.
Texto agregado el 04-10-2005, y leído por 203 visitantes. (2 votos)