Cuando regrese de este lugar, te pondré dos alas para que nunca más te canses de volar. Cuando vuelvas, volverá a latir mi corazón olvidado en el trastero. Y yo no volveré a llorar por tu espalda, por tu pelo, por tus manos metidas en los pantalones Y ya no habrá más despedidas de globos de colores. Cuando regreses, entrarás sin llamar, no oiré tus pasos porque caminarán en mi pecho. ¡Ay! Cuando vuelva a ver tu sonrisa derrumbar todas las paredes de mi mundo, cuando vuelva la sonrisa de tus ojos.
Texto agregado el 04-10-2005, y leído por 181 visitantes. (3 votos)