Caminan sus pies la ruta de la orilla, ante la calma del lago sagrado.
Ha llovido en la noche, y del aire se desprende frescura y humedad de tierra.
Los eucaliptos se yerguen inmensos y seguros, mientras sus hojas desprenden aroma de menta e incienso. Piedrecillas blancas con imagen de perlitas se han echado a los costados del camino, y las pequeñas aves despiertan en vuelo hacia el cielo despejado.
La ruta continúa hacia el hogar, de yerbas verdes y riachuelos escondidos.
Texto agregado el 04-10-2005, y leído por 117
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Lectores Opinan
04-10-2005
Que bello, eres increible describiendo las escenas y paisajes, me ha gustado mucho casi casi podia oler la menta en el ambiente. ***** para ti. debbie
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