TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / sendero / Las guayabas

[C:145647]

A Lupe se le antojaron unas guayabas. Las había visto en el puesto de doña Jesusa, a unos cien metros de su casa.
—Mamá cómprame unas.
— ¿No te llenaste con el pan?
—Sí, pero tengo ganas de comer guayabas.
—No hay dinero, apenas alcanza para frijoles y masa. Tu papá fue en busca de trabajo. Espérate a que regrese.
—Mamá quiero unas guayabas…
— ¡Llévate la moneda de diez pesos y cuidado con andar de boba!

La niña asió el dinero como si la manita fuese un bolso y se fue. Al regresar, traía la fruta en el hueco que se hace cuando juntas las manos. La mujer del puesto no le había dado bolsa.
— ¿Y el cambio de la moneda? —preguntó la madre.
La niña con las manos ocupadas susurró:
—No sé…
—¡Lo primero que te digo, y lo primero que haces!

La mujer furiosa con una estaca azotó la espalda de Lupita. La niña oprimió el tesoro contra su pecho y corrió; corrió por solares vacíos, después por pastizales hasta llegar a un potrero. Al dolor del espinazo se le agregó el de las pantorrillas que sangraban por las heridas que se hizo mientras corría.
Allí la encontró su padre, con la mirada perdida y apretujando la fruta en sus manos; la tarde dejaba escapar el sonido de un sollozo impertinente.
Su papá la llevó en brazos hasta la casa, donde la madre lavaba la ropa.
—Allá la hubieras dejado, para que se le quite lo bruta. ¡Perder el cambio, con la necesidad de dinero que tenemos!
El hombre la situó sobre una poltrona y revisó las heridas. Le quitó la tierra con agua limpia, sin poder evitar que su enojo creciera como la espuma.
—No ha de estar tan mal, mira, todavía tiene agarradas las guayabas.
Con violencia, le abrió las manos. Las frutas saltaron y detrás de ellas, rodaban las monedas del cambio que le habían dado a la niña.

Texto agregado el 04-10-2005, y leído por 3331 visitantes. (26 votos)


Lectores Opinan
19-01-2007 Es hermoso, dulce, tierno, todo lo que tiene que tener un buen texto, una relfexión de vida, y además escucharlo tan lejos tan lejos desde Mar del Plata a través de la voz de un locutor, es realmente mágico, lo felicito señor, por hacerme ver que la vida todo lo puede. Un besito. Mai. maira
26-01-2006 Tu prosa aborda distintos temas, todos con la sensibilidad del narrador que conoce el alma y los desvaríos del destino. A veces espectador distante, otras, participe del drama. aukisa
16-11-2005 Una lección para todos los padres... No tenemos respuesta frente a acciones violentas contra los niños... Un relato cruel y real.... Mis ***** ctapdb
10-11-2005 Un relato lleno de tremendo dolor. Se me puso un nudo en la garganta. margarita-zamudio
06-11-2005 doloroso, tremenda historia corazonpartio
29-10-2005 muy bueno, dolió leerlo naixem
28-10-2005 ufff Don Rub...q hace rato q no volaba por sus pagos y justo vengo a leerle éste: atadito de palabras agridulces. Dulce por la forma, la suya claro, siempre tan personal y agrio por lo q denuncia, q ya lo dijo Neus, esos niños ...benditos niños!! piquitos de miel y estrellas gaviotapatagonica
18-10-2005 No sobran ni faltan palabras en esta escena. Sobra pobreza e impotencia. Falta comprensión. Los niños son los depositarios de estas lacras sociales. Bello cuento-denuncia. Un abrazo, Rubén ***** neus_de_juan
16-10-2005 La penuria y escasez, (que no de tu siempre tierna prosa), brotan con tal sentimiento de esta popular escena, que las entretelas del alma supuran candor, blancura y espuma de la firmeza y temple de una decidida rapaza dulce como la guayaba. azulada
16-10-2005 buen cuento, ***** jassiba
14-10-2005 Fuerte, como la misma realidad. Me gustó mucho, me recuerda a una niña de trenzas, pecosa e ilusionada por unas medias de encaje, que dejó a su madre sin el dinero de la semana por el antojo de lucirlas. Las historias se repiten en tiempo y espacio. meci
13-10-2005 Con un tema humano y doméstico logras hcer un cuento fresco y dulce doctora
11-10-2005 No se que decir maestro...digo pa' no parecer apochonchado y reverente. ¿Se podrá?, pus no creo, este es un látigo de fuego que hizo blanco en mi conciencia, ¿y la forma?...NOTABLE, como siempre en usté. Le debo muchas mi querido maestro, pero ya voy a pagar, siempre termino pagando. Un abrazo de esos de antaño. cao
11-10-2005 ¡Qué bueno, Rubén! Me has emocionado hondamente. ¿Existe culpa en alguno de los personajes de tu cuento? No. Existe pobreza extrema y una pincelada verde clara de niñez que se pierde entre tanto gris oscuro y marrón sucio. Excelente. Un abrazo y ***** graju
11-10-2005 muy buen cuento ***** lagunita
09-10-2005 cuantaas veces en un solo dia actuamos sin pensar, te felicito por la lección y recordarnos que somos humanos y debemos corregirnos. gatelgto
07-10-2005 Rubén. un excelente cuento. Con principio, medio y un fin brillante. Cada vez tu escritura corre como de una fuente natural que emerge de la Tierra. El Mudo ha vuelto a sonreír. Máximo islero
07-10-2005 Excelente relato para los que aún no ven la magia de los niños. Mis humildes* jjj
07-10-2005 Realmente muy buen buen texto, excelentes imágenes, que puedo decirle? UN MILLÓN DE ESTRELLAS arielariadna
07-10-2005 Un cuento muy bien escrito, donde las imagenes son muy claras al igual que los mensajes. ***** fabiangs
07-10-2005 Sendeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee nunca te ha bastado contar...siempre llegas al corazo porque no piensas en conceptos ni palabras sino con imagenes que nos transportan al luchar de los hechos, entonces uno se duele por la impotencia de poder hacer nada. Cuantos de nosotros no hemos visto estas situciones? La violencia y el hambre no tienen justificacion y tu al escribirla haces protesta. Maravillosa forma de manifestarteeeeeeeee sendeeee. Como siempre tus letras me subyugan por la profundidad de tus pensamientos. Eu ElSerYelTiempo
07-10-2005 merecida enseñanza para una madre que en los cotidianos problemas se ha dejado cegar . Besos. Renne
07-10-2005 me gustoO muchoO, lindo, tierno, con lenguaje adecuado y la sencillez...bien recomendado. denada
07-10-2005 ***** denada
07-10-2005 Vuelvo a tu cuento: "La niña de las guayabas", porque en este cuento, Ruben, has conseguido extraer de ese ácido zumo que es el limón de la pobreza y necesidad, sensibilizarnos a todos con dulce de guayaba. Un millón de estrellas a tu sensibilidad y un abrazo. maravillas
06-10-2005 Duelen los azotes a la niña, pero más dolió el final por el castigo injusto. Como siempre es un placer leerte. marimar
05-10-2005 La bella Lupita guardando como un tesoro entre sus manos a las guayabas. Enternecedora historia, con matices de realidad y un final de que estremece. Magnífico texto. Un abrazo y todas las estrellas. Shou
05-10-2005 El nombre de Lupita es una guayabas es una fruta que con el hambre de lupita y el solloso si son los cambios por las monedas, pero Lupita se vio con las frutas entre sus manos muy bello tu cuento mis cinco votos Juan_Poeta
05-10-2005 Un deseo tan anhelado por Lupita, se transforma en su tesoro, cobija su guayaba entre sus manos guardándola y esperando el momento, no alcanza a dimensionar la urgencia de su madre por el cambio del dinero y pese a la paliza sigue guardando celosamente su tesoro. ¡ Cuántas veces deseamos algo así de niños ! y cuando lo lográbamos esperábamos el " gran momento. Dentro de tu narración, l " el mensaje ", para ser una mamá o para ser un papá, hay circunstancias en que debemos trasladarnos a nuestra propia infancia, en ésta historia, el padre así lo hizo. Una historia muy real y ,como siempre muy bien narrada. Felicitaciones y mis cinco estrellas. Ignacia
05-10-2005 Buen cuento con un final que no esperaba. Un saludo de SOL-O-LUNA
05-10-2005 Como las guayabas tu cuento ha necesitado “estremecer unas líneas”, y de paso nuestras almas, para convertir algo así, en ternura, en dulce de guayaba. ¡Qué arte tienes maestro! entrelineas
05-10-2005 bellos mensajes encierra tu relato, me quedo con lo tierno del padre, y te dejo mis * diandra
05-10-2005 bellos mensajes encierra tu relato, me quedo con lo tierno del padre, y te dejo mis * diandra
05-10-2005 bellos mensajes encierra tu relato, me quedo con lo tierno del padre, y te dejo mis * diandra
05-10-2005 ¡ Y por fín, entre sus manitas, brotó la miseria! Ruben, de las heridas de la niña somos culpables todos, no solamente su mamá. La mamá es una víctima más de esa miseria, como "la niña de las guayabas". Es un cuento que clava la pluma en nuestra alma, destilando dulce de guayaba. Un abrazo, muy fuerte, Ruben. maravillas
05-10-2005 Qué ternura la de ese padre, me pareció ver toda la escena, es excelente tu relato, más allá del contenido tan real y cotidiano***** Cariños india
04-10-2005 Es un relato que estremece. Nada en la vida justifica la violencia contra niños. Desafortunadamente es un mal muy arraigado en este mundo. Triste relato el que compartes. Ojalá a través de él despierten muchas conciencias. Dainini
04-10-2005 Muy buen relato de esa cotidianidad violenta y descarnada de los que tienen hambre. ***** peinpot
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]