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Pedro nació cerca de un olivo, en una tierra abandonada de la mano de Dios.
El día que nació unas grandes nubes negras ocultaron el sol que solía lucir en aquellos campos de las tierras del sur.
Nada mas nacer sus padres lo dejaron al cuidado de sus abuelos ya que sus padres mas preocupados por ellos mismos que por su hijo, decidieron emigrar a unas tierras más fructíferas que llenaran sus estómagos y sus bolsillos.
Las primeras palabras que dijo pedro, fueron las que suele decir un niño pequeño, MAMA, su abuela llena de alegría lo abrazaba fuertemente contra su pecho, dándole el calor de una verdadera madre, muy pronto también dijo PAPA, haciendo a su abuelo el hombre más feliz que había pisado aquella tierra llena de olivos.
Pedro comenzó ha dormir entre sus abuelos y al despertar se percató que estaba entre sus padres.
Aquellos dos ancianos le daban todo el amor que necesitaba de unos padres y de unos abuelos a la vez y Pedro reía y jugaba cada día alegrando aquellas caras que lo querían mas que a ellos mismos.
La vida pasaba tranquila en el pueblecito donde pedro y sus padres/abuelos vivían.
Muchas mañanas Pedrito como le llamaban acompañaba a su abuelo que trabajaba en el campo recogiendo alfalfa, siempre estaba riendo y su abuelo simplemente por oír de la boca de su nieto la palabra papa le hacía seguir adelante en su camino en la vida, por las tardes junto a su abuela, merendaba mientras ella gastando la poca vista que le quedaba.
El mundo que Pedrito conocía le encandilaba cada día mas, descubría mundos mágicos en los huertos que rodeaban su casa e imaginaba historias fantásticas que le hacían ser el niño más feliz del mundo.
De vez en cuando unos señores que realmente no conocía aparecían con magníficos regalos que traían de un lugar lejano y extraño para el.
La vida fue pasando y gracias a sus abuelitos Pedrito dejó de chuparse el dedo, al principio le costo mucho, pero sus abuelos cada noche le cogían de una mano cada uno y se dormían agarrados a las diminutas manitas de su sol, de su nieto.
Un día mientras Pedrito y su abuela esperaban a que su abuelo llegara del huerto, escucharon unos aviones que estaban fumigando los campos de cultivo, vieron como esos aviones fumigaban el huerto donde estaba trabajando su abuelo, su padre, su marido, pero no le dieron importancia.
Cuando llego a casa como cada noche, el pobre abuelito se quejaba mucho del pecho, mientras que la abuela de Pedrito preparaba la cena, los dos se sentaron en la mesa del comedor viendo la tele.
El dolor fue creciendo y de repente el abuelo se apago, dejó caer su cuerpo y no volvió a levantarse nunca mas.
Pedrito delante del cuerpo inanimado de su abuelo, con solo 5 años comprendió repentinamente todo lo que estaba pasando en ese mismo momento.
Supo que su abuelo, ya nunca mas se levantaría para apretarlo entre sus brazos, nunca mas se dormiría junto a el apretándole la manita para que no se chupara el dedo.
Su abuela entre llantos, mando a pedrito que avisara a sus tíos que Vivian en la casa de al lado, fue en ese momento que Pedrito se convirtió en Pedro.
Pedro salio corriendo en busca de su Tío, era la hora de cenar y en la casa todos estaban sentados alrededor de la mesa, comiendo y viendo la televisión.
Pedro se acerco a su tío y le dijo que le acompañara a la puerta una vez allí de la boca de Pedro salieron las siguientes palabras que se quedarían marcadas en la mente del pobre niño toda su vida:
-Tito Chache, mi padre dice que vengas, que quiere verte.
El pobre niño comiéndose sus lágrimas llevó a su tío a la casa donde estaba su abuela llorando desconsolada al lado del cuerpo del que era su padre.
Lo que siguió después fue muy confuso para la mente de un niño que había dejado de serlo.
Lo llevaron a casa de unos vecinos mientras su abuela después del velatorio y el entierro preparaba las maletas para ir en busca de los verdaderos padres de Pedro, para que Pedrito reconociera a esas personas que le llenaban de regalos cada cierto tiempo como a sus verdaderos padres.
Fue entonces cuando el niño sonriente del olivo se convirtió en el niño triste de la ciudad.

Texto agregado el 03-10-2005, y leído por 2302 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
04-10-2005 Me gustó.... felicitaciones... sus letras corrieron como aceite de oliva.. por mis ojos hasta sasonar mi alma..***** Nocturno
 
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