Tengo miedo... siempre tengo miedo, las letras las escribo con manos temblorosas; cada paso es eterno, inseguro implacable ¿y las letras para qué? ¿para qué estas letras que llevan a todo el mundo a la perdición? ¿para qué unas letras que sostienen los miedos? ¿para qué una vida llena de inseguridades, de confusiones, de contradcciones?.
Cada mirada es diferente, la felicidad, obsoleta como siempre, se aleja sin remedio, y el nada empieza a existir. Todo por las letras que hacen ver más allá, por las letras que hacen conocer lo desconocido, que hacen saber lo que quizás no se debería saber; que ayudan a escapar de la corriente para pasar a la maldita inseguridad, a los continuos interrogantes, al maldito miedo que ve todo sin escapatoria, el miedo que ha visto tanto que ya no desea ver nada.
Ese maldito conocimiento que lleva a los más negros deseos, ese conocimiento, que de no existir, sería la calma y la falsa felicidad las que ocuparían nuestras mentes conformistas ¿y qué pasaría? no existiría el miedo, porque no habrían letras, no habría conocimiento, no habría ni siquiera un futuro y la vida continuaría con su anochecer y su amanecer, y el asesino del tic tac nunca nos acabaría, nunca nos acabaría segundo tras segundo cada respiro de vida. |