A Nina Puche...
Sólo sucedió.
Habito en ti como un ave
en su cielo,
infinita y celeste
descubierta tu naturaleza esencial.
Me despliego sobre ti, soltando mis absurdos temores,
en libertad,
respirando.
Yo pertenezco a ese lugar que eres tú,
inconmensurable,
donde todo se va, porque en la cima siempre hace viento.
Cielo azul, gris, borroso y estruendoso.
Marcada por relámpagos. Rayos, luz y estrellas que me guían.
Teñida de sombra, curtida de noche.
Abierta, al alba,
Firme tu vientre al mediodía.
Y me haces deslizar a tu esfera, alto, arriba, dónde nadie nos vea.
Vuelo alto para ser sólo tuyo, aunque cueste, aunque duela.
Vuelo para estar en ti
abandono la frágil selva donde no encajaré,
los firmes depredadores,
los vuelvo a dejar
para irme solo de nube en nube,
pecas de tu rostro infinito:
Mar aéreo que no se puede poseer,
No se agarra.
¡Oh cielo! ¿De mi, de todos, de nadie?
Que paseas en mis venas,
entras,
Pero no te tomaré por completa
Quizá porque eres cielo
y yo simple ave,
gaviota triste y feliz a un tiempo.
Caminante entre infinito cielo
y absoluto mar.
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