Hace 37 años...un 2 de octubre...México vio morir a una juventud confiada.
Unas ramas de roble tiernas, que nunca pensaron que un huracán con vientos de odio, miedo, cobardía y alevosía las arrancaran de su tronco materno.
Cuan difícil fue esa tarde de lluvia, esa noche de espera de padres, orando, suplicando que su hijo, su niña, entrara por la puerta del hogar y dijera, no paso nada todos estamos bien.
Sin embargo, la lluvia no lavo la sangre en esas baldosas de frío concreto, ni tampoco la puerta se abrió
La desesperación del silencio, la angustia del no saber, los periódicos daban mas información del pronostico del tiempo; que lo sucedido en la plaza de las tres culturas.
La vida siguió, los ruidos de la ciudad apagaron los llantos, las lagrimas se evaporaban, pero la herida estaba ahí, la fecha 2 de octubre no desaparecía, como tampoco, las lagrimas, los llantos fueron ahogados, pero no olvidados.
Algunos jóvenes de esta época, la llegan a mencionar, no saben bien a bien que paso, cierto es que vivir en el dolor constante, no es vivir, pero pobre de aquel que olvide su historia, ya que volverá a repetir sus errores.
Los asesinos aún se defienden, algunos ya no están con vida, pero su acto quedo marcado para la eternidad.
Cuando después de mucho tiempo, logre escribir “no es un cuento ...fue una pesadilla” miles de recuerdos dominaban mis pensamientos, algunos rostros sonrientes nublaban mi vista, el amigo que jamás regreso a la facultad, la amiga con la que nunca volví a bailar; no pude evitar sentir el dolor y darme cuenta que estaba presente, que el tiempo solo había dejado una ligera capa de olvido muy superficial.
Esa juventud sin quererlo, sin así desearlo, cambio a México, no fueron los héroes que mueren y son recordados sus nombres, tocando el himno nacional, ni mi querida bandera ondea a media asta. No; por desgracia no es así, sin embargo cambiaron a mi patria y muchas pero muchas cosas buenas y malas se sembraron ese 2 de octubre de 1968 y siguen dando frutos.
Hoy 2 de octubre de 2005, como cada año, elevo una oración en su memoria y creo qué la vida a veces es equitativa y devuelve sentimientos en forma de olas en las playas del recuerdo, pues hoy también en otra forma, en otro estilo y en diferentes circunstancias, unos nuevos niños, jugando, harán que esta fecha, en mi mente no sea recordada nada más con dolor punzante, pues sin olvidar aquellas imágenes del 68, también estarán presentes la de los jóvenes que hoy, precisamente hoy, me hicieron gritar con emoción....México campeón mundial.
Y será muy ...pero muy importante, no el juego, no la simple victoria de un juvenil equipo de fut bol, sino de que nosotros mismos, los mexicanos nos hemos demostrado que México no es siempre un perdedor, que México no es un país donde caemos con la cara al sol, sino que los jóvenes mexicanos levantan la mano y dicen, somos el número uno del mundo.
La tristeza sigue ahí, la lluvia no la ha podido borrar, pero...nadie ...puede negar, que la juventud de México sigue en pie y ahora mi oración de cada año, será menos amarga..por que la nueva vida de mi raza, de mi sangre...esta viva.
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