Me encanta cuando me siento payaso...
cuando mis locuras y neuronas patinan...
cuando mi energía es capaz de cubrir lo huecos del miedo,
siempre que mi sonrisa, abrazo o talante hacen reír o soñar...
Hoy es un mal día,
no se si para mi o para el resto del mundo,
pero te prometo que me río con lagrimas en los ojos
y la gente me mira con cara de pánico,
sus ojos muestran estupor
y mis gracias...
¿por qué no roban alegría?
Errar el día de escoger ser payaso
creo es peligroso,
no tanto para mi
sino para el resto de los seres,
teóricamente serios, responsables y maduros...
que asumen lo positivo como hiriente.
¿Se miran ellos a la cara?
tal vez encontrarían resto de maquillaje
desdibujado,
de cada segundo que son payasos
a lo largo del monótono
y moralmente correcto día.
No lo asumen,
ni lo aprovechan,
tristes y grises rostros cargados
con la esencia de lo ridículo,
pero sin saber
que reírse de uno mismo,
es sabio, digno e importante,
para mantener el alma mas joven,
mas humilde,
humano,
aprender a ser mas compañero
y demostrar el grado de nuestra
inteligencia,
no con coeficientes...
¿Hace cuanto no
te has mirado tu verdadera cara?
© Mattfisk
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