Toco el claxon, tú sales enseguida, esta noche estas maravillosa, a decir verdad, siempre estas maravillosa, pero esta noche es especial. Con extrema delicadeza cierras la puerta de tu casa. Llevas puesto un vestido azul cielo, que hace juego con tus precioso ojos, te acercas al coche, antes de entrar, te asomas por la ventanilla y con un gesto sonriente me saludas, tu voz como siempre dulce y tenue hace que cualquiera de tus palabras se convierta en la mas bella melodía que jamás halla escuchado. Entras en el coche y te sientas junto a mi, te acercas y con una sonrisa llena de complicidad, me das un beso lento, cálido y profundo, ¡dios y como me gustan tus besos!, Esa sensación de amor, felicidad y excitación que en mi cuerpo se produce siempre que tus suaves y fogosos labios entran en contacto con los míos, es algo casi inexplicable, aunque prefiero que siga así, inexplicable, de tal manera que solo yo sepa lo que se siente y de lo que solo yo pueda disfrutar.

Nos vamos enseguida, te llevo hasta una preciosa cala en la que te tengo preparada una sorpresa, bajamos del coche, la arena se funde con el mar en un eterno abrazo, el leve viento mueve tu flequillo interfiriendo a instantes en tu mirada. Te llevo hasta la sorpresa, que no es más que una pequeña cena con velas a la luz de la luna. Al ver lo que te he preparado te quedas asombrada, pero reaccionas al instante dándome un abrazo y otro beso, mejor que el anterior, nos sentamos sobre la toalla, poco a poco te voy desvelando los platos y el vino, sirvo dos copas, te acerco una y brindamos, - ¡por nosotros! - exclamas, nuestras copas se chocan con suma delicadeza mientras nuestras miradas se cruzan, siento vergüenza, no se porque, pero la siento, me sonrojo, tu te das cuenta y te ríes, siento más vergüenza aún, miro al suelo, pero enseguida te acercas a mi y con tu candorosa y delicada mano bajo mi barbilla, me haces levantar la cabeza y volver a mirarte, tus espléndidos ojos azules se iluminan y brillan, en un principio pienso que es por la luz de las velas, pero me doy cuenta de que no, sencillamente son tus sentimientos reflejados en tu cristalina mirada, y te acercas más y más hasta estar a penas a medio milímetro, te observo, dulce, preciosa, no encuentro otro adjetivo más que perfecta, te beso, y nuestros cuerpos se funden en uno solo, siento como mi corazón se desboca y siento como lo hace el tuyo también, dejamos de besarnos, ahora solo nos miramos, intento pensar algo bonito que decirte, tu cándido cabello rubio, como oro domado roza mi cara, largo y suave me hace cosquillas, y solo una cosa se me ocurre para decirte, pero lo decimos los dos a la vez y es perfecto, se que es perfecto, mil recuerdos vienen a mi memoria y todos ellos bellos, todos ellos magníficos y con un factor en común, tú, tú que todo lo eres para mi, tu que todo lo significas, tú que con cada una de tus miradas, besos y abrazos haces que para mi este mundo tenga sentido, tú que eres mi vida, mi alma, mi felicidad y mi alegría, tú, que en definitiva, eres mi razón de ser, y mientras pienso todo eso y te miro, nuestras palabras salen de nuestros labios entrelazándose unas con otras en perfecta armonía y formando esa magnífica expresión de amor, formando un único TE QUIERO.