No me entiendes. No soy la boca para esos oídos.
Sin duda he vivido demasiado tiempo contigo, y he escuchado demasiado tiempo a los arroyuelos y a los árboles.
Mi alma esta empapada de placidez, radiante y sosegada como los montes por la mañana. Pero tu piensas que soy frió, un bufón que usa de ironías siniestras.
Me has destruido mi vida en este pequeño recodo,
Pero también me las has destruido en el universo entero.
Me miras y te ríes; y, mientras ríes, me odias.
En esa risa hay hielo.
Texto agregado el 01-10-2005, y leído por 125
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