La vida sabemos que está llena de horizontes lejanos a veces y cercanos otras, y que nunca sabremos que nos puede deparar el futuro y hasta alguna vez creemos ver el presente y el pasado como lo único eterno y aprovechable.
El mundo sin embargo sigue mostrándose orgulloso de ofrecernos infinitas alternativas, nuevos horizontes llenos de belleza y tristes promesas poco fiables.
No tenemos tiempo de llorar por alguna pérdida o de reflexionar sobre lo que hemos hecho mal, porque a continuación y de forma súbita nos daremos cuenta de la enorme cantidad de posibilidades que nos rodea.
Cada segundo que evolucionamos interiormente y crecemos como personas adultas nos encontramos nuevos retos que afrontar, cientos de imágenes que recordar, miles de universos que paralelos al nuestro esperan ser descubiertos.
Nuestros sueños de infancia son trucados por la realidad, una realidad llena de aspectos sociales, políticos y económicos.
Pronto veremos que lo que hemos soñado tener y hacer es francamente difícil de lograr y haremos entonces hincapié en aquellas pequeñas cosas que nos hacen feliz, cualquier gesto de cariño, un beso, un abrazo o un te quiero, algo menos superficial y más valorado desde el punto de vista sentimental..
Lo que necesitamos por lo tanto son nuevos horizontes, nuevas metas a las que agarrarnos, nuevas promesas y responsabilidades.
La felicidad es el factor decisivo de nuestras vidas y por eso debemos pensar en aquellos logros que verdaderamente nos pueden llenar y hacer de nosotros personas de bien y provecho.
Que la realidad se convierta en una ficción agradable ante los ojos de una sociedad comprometida con sus valores individuales es muy loable, pero es difícil elegir entre lo que la sociedad nos impone y lo que nuestra conciencia nos dicta, pero no más lejos del hecho de poseer una personalidad clara y demostrar que nuestros ideales y valores nos son erróneos y que tanto lo impuesto como lo natural pueden ser válidos.
En definitiva, tener nuevos retos o horizontes es ver más allá de nuestros ojos y sentidos, es querer seguir creciendo como personas, seguir madurando a nivel individual y de grupo, y alcanzar la tolerancia que tanto se echa de menos hoy día.
Decir tengo en mente nuevos horizontes significa decir: “a partir de hoy mi vida va ser más rica socialmente, aumentará mi perspectiva económica y seré comprensivo con aquellas opiniones diferentes a las mías”. Lo anterior ya no cuenta, solo es posible buscar aquello que nos convierta en individuos capaces de desenvolvernos en nuestro trabajo, vida social y dar a nuestra familia todo aquello que se merece y uno no pudo tener.