Mi muñeca vieja aguantaba cada lágrima que yo en su rostro acurrucaba, y pareciera que comprendiera mis razones; pues sin reproches, ella escuchaba atenta hasta que con huellas de llanto en mis rostro, me quedaba dormida en su regazo.
Igualmente, cuando estaba feliz, era ella quien saltaba en mis brazos, y sonreía como siempre, con sus mejillas coloradas y su rostro alegre.
Cuantas veces pensé que sus ojos azules tenían vida propia, y que sus manos me acariciaban el pelo, que sus brazos de trapo me abrazaban dulcemente, con el amor que transmite un abrazo fraternal.
Una triste mañana, desperté sin mi amiga de largas trenzas a mi lado, y corrí en su busca; no encontrándola di mi mundo por perdido. La llamé a gritos por todos los rincones, pero entonces recordé ese cuento que mi abuela alguna vez contó, que mi amiga era muda, pero que me hablaba con el corazón... Entonces empecé a buscarla yo con la misma voz con la que ella me hablaba, pero aun así no conseguí llegar hasta donde estuviera...
Mi madre se acercó con expresión radiante hasta mi, y al ver mi tristeza quiso saber que me ocurría. Entre sollozos pronuncié el nombre de mi amiga de trapo, y mi madre sonrió.
-No te preocupes por ella, algún día volverá contigo. Pero desde hoy tendrás una nueva amiguita... - Sacó una gran caja con un enorme lazo color rosa en la superficie y lo abrió, pronunciando atuendos de sorpresa, de su interior salió una muñeca con pelo rubio y vestido azul. -¿Cómo querrás que se llame?
-¿Dónde está mi amiga de trapo?- Grité asustada.
No hubo respuesta, sólo excusas que yo rechazaba formulando mi pregunta repetidamente sin dejar que me respondieran.
Nunca supe donde estaba, sólo me decían que volvería, y que mientras tanto, tendría a mi nueva muñeca como compañera. Con esa esperanza esperé día tras día, con la ilusión de que algún día volviera, con la misma ilusión con la que la esperé desde que un cumpleaños la descubrí tras un escaparate de una gran juguetería
Nunca quise a mi muñeca nueva como a mi fiel compañera. Siempre supe que aquello era amistad eterna, y por eso, aun la sigo esperando y queriendo; porque un amigo no se olvida a pesar de su ausencia.
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