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Y aunque juzgo esta obra indigna de Vuestra Magnificencia, no por eso confió menos en que sabréis aceptarla, considerando que no puedo haceros mejor regalo que poneros en condición de poder entender, en brevísimo tiempo, todo cuanto he aprendido en muchos años y a costa de tantos sin sabores y peligros.

El presente ensayo es para comenzar un breve resumen de la obra de Maquiavelo, donde se da a conocer la forma en que debe funcionar un estado según el autor y con base en su experiencia a través de su historia y conocimientos de los distintos tipos de principado.

El príncipe esta dedicado al “magnífico Lorenzo de Medici”, en el cual Maquiavelo no se imaginaba que estuviera creando o iniciando la ciencia política, en su sentido moderno. El diplomático florentino trataba tan sólo de ganarse el favor de los nuevos gobernantes de la ciudad del arno. Había salido de la cárcel gracias a que uno de los medici había sido nombrado Papa, pero aún así la suerte y los amigos no le ayudaban y, retirado en su pequeña granja en Sant’ Andrea. Mientras se dedicaba a leer a los clásicos, escribió este libro con el único propósito de recuperar la posición perdida.

Así, en los primeros capítulos va realizando una serie de divisiones hasta llegar al análisis de los principados alcanzados gracias a la fortuna y las armas extranjeras.

La obra está llena de continuas referencias a la historia antigua, a sus príncipes, y también Maquiavelo aprovecha su experiencia como diplomático tanto en Francia como en Roma para presentarse a sí mismo como un excelente consejero.

Maquiavelo escribe sobre mecanismos de gobernación, medios para fortalecer o engrandecer el estado y también las causas por las que este puede caer.

Cabe destacar la manera realista en que encara las distintas situaciones, separando el ser del deber ser. Esto estaba referido a separar a la política de la religión.

Analiza la caída de Italia en 3 puntos:

1. Falta de un ejército propio.
2. Se subestimaba al pueblo. Hacía falta consenso.
3. Falta de virtud en el Príncipe, sin la cual no puede conservar el poder.

Maquiavelo escribe su obra con el fin de unificar a Italia, obtener la unidad nacional de Italia y unir el norte con el sur.

Italia debía rescatar ese destino que le había dejado como herencia la antigüedad, e inclusive debía rescatar sus antiguas formas democráticas aunque eso no fuera posible en ese momento. Tenemos una expresión de cómo se manifiesta el rescate de Italia pero esto implica también el rescate de las formas democráticas aunque el autor se inclina mas por la monarquía el reconoce que existen algunos puntos rescatables de la democracia la cual no es sustentada hasta entonces y toma como ejemplo la caída del imperio Romano.

Todos los Estados, todas las dominaciones que han ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres, han sido y son repúblicas o principados. En estos dos capítulos el autor hace una distinción entre las clases de principados, señalando que existen los heredados y los nuevos; los primeros, son los que se heredan de la familia, el príncipe hereda derechos dinásticos, y que en realidad ellos no tienen mayor problema para gobernar y conservar el poder, porque siguen la tradición y ya están estabilizados, por decirlo así; ahora bien, los nuevos, son más frágiles debido que estos normalmente surgen de conquistas que se hacen en otros Estados, y tienen que hacer el trabajo para imponerse y así, poder conservar el poder.

Bien es cierto que los territorios rebelados se pierden con más dificultad cuando se conquistan por segunda vez, porque el señor, aprovechándose de la rebelión, vacila menos en asegurar su poder castigando a los delincuentes, vigilando a los sospechosos y reforzando las partes más débiles. En esta parte de su obra, Maquiavelo trata sobre los principados mixtos, viene a ser aquel que no es enteramente nuevo y posee un miembro añadido a un principado antiguo ya poseído, este se asemeja mucho a los principados nuevos, tiene casi las mismas dificultades para conservar el poder. Se consideran varias estrategias para conservar este principado: la primera, eliminar el linaje del príncipe anterior y no alterar las leyes, ni aumentar los impuestos.

En el capitulo IV el autor señala que los principados conocidos son gobernados de dos modos: El primero, consiste en que lo haga un príncipe asistido por otros, que vienen a ser súbditos que tienen la gracia del príncipe; el segundo, se compone de un príncipe, asistido de varones, que tienen su puesto por antigüedad en la familia y no por la gracia del príncipe.

En este escenario, el autor señala que existen tres formas de conservar este tipo de gobiernos, como lo son: llevarlos a la ruina, ir a vivir con ellos y/o dejarlos con sus leyes, pero creando un control en el ámbito tributario y judicial, para así conservar la fidelidad y asumir el control del poder, por esto el nombre del capitulo remarca como se deben gobernar las ciudades.

Los estados adquiridos con armas y esfuerzos propios, aquí el autor hace referencia a las soberanías nuevas que se adquieren con las propias armas y valor. En este sentido señala que, los que adquieren el principado por medio del valor experimentan dificultades con relación a las nuevas leyes o estatutos que impongan para fundar el nuevo Estado y la seguridad no es lo mismo contratar mercenarios ya que estos pueden cambiar de postura por unas cuantas monedas más.

Los principados nuevos adquiridos con armas y fortuna de otros, en este sentido Maquiavelo manifiesta que aquellos particulares que han sido elevados a un principado por la sola fortuna, llegan a él sin mucho trabajo, pero tienen que hacer gran esfuerzo para conservarlo ya que no tiene el sustente de su apoyo constante y pueden terminar por ser absorbidos por ellos mismos o otros de naturaleza incluso igual.

Los que alcanzaron el poder mediante el crimen, el autor se refiere a aquellos que llegaron al principado por medio de maldades, como la matanza, la traición, la absoluta falta de fe, entre otras; en este caso se considera que no se alcanza ninguna gloria, cuando los actos de severidad son mal usados ya que van siempre en aumento y se multiplican día a día, en vez de disminuirse.
… aquel en el que un ciudadano, no por crímenes ni violencia, sino gracias al favor de sus compatriotas, se convierte en príncipe. Aquí expone el autor el caso en que un particular se haga príncipe sin valerse de crímenes y violencias intolerables, sino del auxilio de sus conciudadanos, combinado con una astucia acertada; es importante señalar que, un príncipe que tiene a favor su pueblo, y que conserva su afecto, tiende a consolidar el poder, a diferencia del que tiene en contra al pueblo, quebranta la su seguridad y la del Estado.

el grado de fuerza de los principados es en este capitulo la forma de como deben medirse las fuerzas de los principados, donde él da a conocer dos escenarios: El primero, donde el príncipe cuenta con la fuerza suficiente para gobernar por si mismo, en este caso se presume que tiene las suficientes armas y dinero, el apoyo del pueblo; y el segundo caso, es cuando tiene que auxiliarse en los demás, debido, entre otras causas, que se ven obligados a encerrarse dentro de sus muros y ceñirse al resguardo.

… se adquieren por valor o por suerte, y se conservan sin el uno ni la otra, dado que se apoyan en antiguas instituciones religiosas que son tan potentes y de tal calidad, que mantienen a sus príncipes en el poder sea cual fuere el modo en que éstos procedan y vivan. Los principados eclesiásticos resaltan de su desprecio por la política temporal de la iglesia, manifestando que no hay dificultad ninguna más que adquirir la posesión suya, y que no hay necesidad del valor o de la fortuna para conservarlos. Igualmente, considera que estos príncipes tienen Estados sin estar obligados a defenderlos, y súbditos sin experimentar la molestia de defenderlos.

El capitulo doce, trece y catorce tienen algo en común ya que ambos hablan de los soldados, por esta razón los podemos juntar, pero cabe aclarar que no son los mismos. La clases de soldados y soldados mercenarios, con tropas auxiliares, mixtas y propias además las obligaciones del príncipe para con la milicia; aquí aborda el problema de la seguridad y las armas, afirmando que, un Estado sólo es libre y seguro si dispone de un ejercito propio bien organizado sobre la base del reclutamiento del ciudadano; De igual forma, señala que las armas mercenarias y auxiliares muestran la dependencia y la debilidad de un Estado; y en este mismo sentido expone, que un príncipe no debe tener otro objeto, otro pensamiento, ni cultivar otro arte mas que la guerra, el orden y la disciplina de los ejércitos se debe mantener contento al ejercito de tal manera que sean importantes, tengan nacionalismo y no ambicionen mas por tener lo necesario para vivir.

En el capitulo quince el autor trata de las cosas por las que un príncipe es alabado o censurado, dándole especial importancia al concepto de virtud política de un príncipe, que es la que va a indicar la forma de conservar el poder, y de manipular dicho conocimiento según la conveniencia y la necesidad.

Sobre la liberalidad y parsimonia del príncipe en este sentido, Maquiavelo expone el pro y el contra de dar a conocer la virtud de la liberalidad ante su pueblo, de forma exagerada, por lo que considera que se debe ser moderado o prudente en cuanto a ejercer esta virtud, para así evitar el odio y repudio de sus gobernados. Ya que un príncipe no puede practicar públicamente esta virtud si que se perjudique, convendrá, si es sensato, que no se preocupe si es tildado de tacaño; porque, con el tiempo, al ver que con su avaricia le bastan las entradas para defenderse de quien le hace la guerra puede acometer nuevas empresas sin agravar al pueblo, será tenido siempre por más prodigo…

En la crueldad y la piedad desde este punto de vista, el autor afirma que, todo príncipe debe ser tenido como un hombre compasivo, y no cruel. Considera que el príncipe debe ser amado y temido, mas nunca odiado, y antes de ser amado lo más importante es ser temido; en este sentido, debe cuidar que el temor no lleve al odio de su pueblo.

La fidelidad del príncipe en la palabra dada inicia con el compromiso de el príncipe que cumple con la palabra que empeño para el Estado, esto es digno, pero luego la clara experiencia ha demostrado que estos no han sido fieles a su palabra y que han recurrido a la astucia para engañar a sus gobernados, y así lograr sus fines. Asimismo señala que hay dos modos de combatir: por la fuerza y por la ley; considera que, primero hay que recurrir a las leyes pero hay oportunidades en que hay que aplicar la fuerza, dependiendo de las situaciones, y si dichas circunstancias lo favorecen o lo perjudican.

Y con respecto a los asuntos privados de los súbditos, debe preocupar que sus fallos sean irrevocables y empeñarse en adquirir tal autoridad que nadie piense en engañarlo ni en envolverlo con intrigas. El autor expresa que el príncipe debe por todos los medios evitar ser despreciado y odiado por sus gobernados, cumpliendo así con su obligación de respetar por ejemplo: La propiedad ajena, entre otras cosas, que lo haría él más odioso. Asimismo, debe evitar la mala reputación, pasando por ligero, afeminado, pusilámine, calificativos estos que lo llevarían al menosprecio. Contrario a lo anteriormente planteado, el príncipe debe tener mucha astucia, y preservarse como un hombre con grandeza y fortaleza.

Las fortificaciones y otras obras de los príncipes considera el autor algunas acciones que emprende el príncipe para mantener seguros sus Estados, como lo son: el desarme de sus súbditos, la división de las tierras, entre otras; acciones que él crítica enérgicamente, señalando el pro y el contra que traen como consecuencia la ejecución de las mismas. Asimismo, el autor afirma que, la mejor fortaleza es no ser odiado por el pueblo, porque por muchas fortalezas que tengas, si el pueblo lo odia, no se salvará.

El autor considera que el príncipe para ser estimado debe dar su ejemplo con su propia persona y sus hazañas, que por más deben ser raras y maravillosas; debe conseguir que el pueblo tenga una sensación de seguridad con respecto a él; debe darle a conocer a sus gobernados el reconocimiento de sus talentos y honrarlos, entre otras cosas. Alos representantes y ayudantes de él debe tratarlos lo mejor posible, hacerlos sentir importantes, pero, sin que le pierdan el respeto y el temor antes mencionado.

Los secretarios de los príncipes junto con el príncipe y los aduladores. Aquí el autor cree que es de gran importancia para el príncipe la escogencia de sus ministros y los aduladores, y que la posibilidad de que sean buenos o malos va a depender de la prudencia del príncipe. Principalmente, considera que los ministros deben ser leales y sus acciones deben ir dirigidas al bienestar de su señor, todo esto fortalecerá la imagen del principado y su consolidación. La primera opinión que se tiene del juicio de un príncipe se funda en los hombres que lo rodean: si son capaces y fieles, podrán reputárselo por sabio, pues supo hallarlos capaces y mantenerlos fieles; pero cuando no lo son, no podrá considerarse prudente a un principe que el primer error que comete lo comete en esta elección.

En la exhortación a liberar a Italia de los bárbaros Maquiavelo plantea las causas de la ruina de Italia, la perdida de los Estados, y la posibilidad de reordenar el Estado, siendo la orientación de su obra el estudio de los principados nuevos. Por otra parte, analiza la virtud y a la fortuna, con el objeto de demostrar que la virtud y la audacia tienen un lugar muy importante en el desarrollo y conclusión de la lucha política.

Como análisis se pueden sacar varios puntos ya que estos se plantean de forma actual y en su época y estos pueden quedar así.

En la resistencia a los cambios los hombres viven tranquilos si se les mantiene en las viejas formas de vida. La incredulidad de los hombres, hace que nunca crean en lo nuevo hasta que adquieren una firme experiencia de ello. La naturaleza de los pueblos es muy poco constante: resulta fácil convencerles de una cosa, pero es difícil mantenerlos convencidos. En la venganza a los hombres se les ha de mimar o aplastar, pues se vengan de las ofensas ligeras ya que de las graves no puede: la afrenta que se hace a un hombre debe ser, por tanto, tal que no haya ocasión de temer su venganza.

Las recompensas quien cree que nuevas recompensas hacen olvidar a los grandes hombres las viejas injusticias de que han sido víctimas, se engaña. Se puede hacer un buen o mal uso de la crueldad. Bien usadas se pueden llamar aquellas crueldades (si del mal es lícito decir bien) que se hacen de una sola vez y de golpe, por la necesidad de asegurarse, y luego ya no se insiste más en ellas, sino que se convierten en lo más útiles posible para los súbditos. Mal usadas son aquellas que, pocas en principio, van aumentando sin embargo con el curso del tiempo en lugar de disminuir siguen aumentando.

Las injusticias y los favores las injusticias se deben hacer todas a la vez a fin de que, por probarlas menos, hagan menos daño, mientras que los favores se deben hacer poco a poco con el objetivo de que se aprecien mejor. Los hombres, cuando reciben el bien de quien esperaban iba a causarles mal, se sienten más obligados con quien ha resultado ser su benefactor, el pueblo le cobra así un afecto mayor que si hubiera sido conducido al Principado con su apoyo. Un príncipe que no se preocupe del arte de la guerra, aparte de las calamidades que le pueden acaecer, jamás podrá ser apreciado por sus soldados ni tampoco fiarse de ellos. Así es como algunos puntos se aplican actualmente pero no es cierto que estén tan vistos de esta forma como el de la guerra que existe actualmente pero no se ve así, pero si afecta actualmente.

EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS

Durante siglos y aun hoy se atribuye esta frase a Maquiavelo, cuando en realidad no figura en ninguna de sus obras.

Lo que se hizo fue, mediante los conceptos de Maquiavelo, crear esa frase careciente de contexto para sumar mala fama hacía el. La frase que realmente dijo fue:
"...haga, pues, el príncipe lo necesario para vencer y mantener el estado, y los medios que utilice siempre serán considerados honrados y serán alabados por todos..."

Se podrían enumerar en estos cuatro postulados el aporte de Maquiavelo a la teoría política moderna.

1. Analizó la cuestión del poder en territorios estrictamente políticos, inauguró una visión realista de la política totalmente despojado de elementos religiosos y morales. La política es vista como un campo autónomo de acción.
2. Sentó las bases del concepto de Estado.
3. Define a la política como la lucha permanente del poder.
4. El objetivo de la acción política es la obtención y conservación del poder.

Con el cuarto legado hoy en nuestros días y por mucho tiempo se le puede preguntar al PRI que es lo que hizo en México con la conservación del poder una ves que llego, creo que su fin justificaba sus medios.

Es posible concluir que, Maquiavelo en esta obra le resaltan una serie de pensamientos, un poco astutos y sagaces, pero que en realidad fueron y son de gran importancia en el mundo político; aparte, considero que dichos postulados, sostenidos por el autor en esa época, tienen vigencia en el mundo actual, y pienso que se seguirá teniendo en el transcurrir de los años. En atención a sus ideas, se puede decir que no escapa de muchas críticas, que en distintas opiniones y a juicio de muchos son consideradas amorales; en este sentido, se es permitido señalar que, a pesar de todas esas oposiciones que se le hacen a la obra, se considera que la misma deja su enseñanza. En este sentido, se puede decir que la enseñanza que deja la obra puede ser positiva o negativa, dependiendo de la óptica en que se aprecie la misma. La historia puede decir que el criterio y análisis realizado por el autor tiene una gran trascendencia en el mundo actual; si se enfoca desde el punto de vista humanístico, la posición del autor era poco ética, bastante cruda y exagerada, pero en muchas ocasiones no escapa de la cruda realidad; y en el ámbito político, no se puede negar que su obra encierra un profundo análisis político, que para muchos expertos ha sido una importante herramienta de estudio y de análisis, en el transcurrir de los años. Debo decir que no soy un gran analista y que al hacer este ensayo me quede corto de ideas, además de que el análisis es muy acorde con la realidad incluso actual y realmente Maquiavelo dejo mucho para pensar ya que actualmente hay muchas naciones que pasan por lo que el comento en su momento.

Texto agregado el 30-09-2005, y leído por 362 visitantes. (0 votos)


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