Siempre lo dije. Eres él más hermoso, el mas
Bueno, el ser perfecto, el que nunca se equivoca.
Muchas veces lo he dicho, siento admiración por vos
Y de todo lo que te rodea.
Porque todos te respetan, ¿Porque todos
tienen envidia y tanto odio?
Yo se porque. Porque te ven superior, eres inalcanzable para los demás. Porque siempre fuiste superior y eso es todo, nada más.
Todos los días el mismo cantito, el mismo sermón,
las mismas palabras.
Ese día se levantó más temprano, desayunó como siempre y se puso a pensar en: eres esto, eres aquello, eres el mejor, Eres... ¡Basta!... no soporto más.
Toda esa admiración comenzó a transformarse en un odio casi insoportable, en cansancio.
Se dirigió hacia un mueble, abrió un cajón y sacó una pistola. Se paro frente a él y dijo: No te soporto ni te aguanto más.
Me cansé, me cansaste y no quiero verte más y no te voy a ver más porque vas a desaparecer.
Levantó la pistola, apunto tranquilamente y disparó.
Y no lo vio más. Se creyó libre, mientras mil
pedazos del espejo caían a su alrededor.
Omar Ordóñez
16-2-2003
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