Se detuvieron unos segundos en la escalinata de la iglesia, antes de dar el último paso, mientras en su interior afloraba un pasado que se le iba deshaciendo entre las manos. Se vio corriendo de niño, con los ojos abiertos a lo inimaginable; ante el deteriorado pupitre de la escuela; vacacionando con sus padres; en los primeros albores del amor; festejando a la par de sus amigos; de labor en el taller mecánico; creciendo junto a lo presuroso de la vida; en libertad...
Luego reanudaron el cortejo, mientras los familiares acarreaban su féretro por el centro de la iglesia, en una Misa de Esponsales.