si de pellizcar tus rollos se tratara
entonces los traviesos dedos de mil y un hombres
enrojecerian la exhuberancia de tu interminable vientre
con ojos claros de largas pestañas
nariz de chanchito y tu boca de labios carnudos
devorarías a los flacuchentos irónicos
a aquéllos, todos, que te burlan
Texto agregado el 29-09-2005, y leído por 108
visitantes. (0 votos)