Tengo el juicio en las manos
Arrepentidas
Porque busco y no encuentro
Nunca
Se puede sentir un beso, pero no el alma abatida
Tengo el poder del estigma
Renunciando
Se convierte el cuerpo en polvo
Y los ojos en saliva
Mancuernas me cuelgan de los pechos
Conectando la vida por la vida
La muerte por el sentido de estar viva
Y si Diego me llamara
¿A quién le entrego mi partida?
Él me lleva por un bosque
De abedules que se mecen
Está la sonrisa de un niño enterrado
Entre la basura y la apatía
Convergen los ojos salivosos en gotas de codicia
Es un arte mirar solitos la ascensión del abuelo que resucita
Miro con los ojos y con la saliva
Derramando en la tierra la vacuidad de un cigarrillo
Mientras todos dicen – Ahí estás-
Yo no me veo
Te estoy diciendo que no existo
Se convierte el sueño en espuma y los ojos en saliva