Un llanto para morir en la penumbra,
Y ser oído, por mis asesinos.
Los que me formaron para ser,
Un aguijón en el suelo.
Impidiendo caminar,
Siendo constantemente,
Inútil.
Una lagrima seca para desahogar,
Ese afluente, maligno.
De palabras malsanas,
Impuestas por los hombres.
Que fueron mis creadores,
Y me moldearon,
Maldito.
Un gesto de dolor para sentir,
La fuerza, derrochada.
La vía sin retorno,
Que me forcé a seguir.
Mientras todo fallaba y,
Mi mente perduraba,
Demente.
Por último...
Un esfuerzo para lograr,
Mi objetivo, póstumo.
De asestarte en tu debilidad,
Y vengarme con razón.
Del amo autoritario,
Muriendo abandonado y,
Rebelde.
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