Inicio / Cuenteros Locales / elazuldelanoche / ¡SÍ! DE ÉL, ¡SÍ! DE ELLA
El mundo entero estaba condenado a sentir celos. Un poeta, que no sabía que era poeta la hizo llegar hasta la soledad de su cuarto a pesar de saber que no podrían estar solos porque ella siempre iba acompañada. Lo que él no supo fue que la soledad de ella era tan grande como la noche.
Y pese a todo: el mundo entero estaba condenado a sentir celos ¡Sí de él, ¡Sí de ella!
A ella, que entró antes que nadie, le bastó un instante para enamorarse del poeta. A él, ¡le llevó veintitantos instantes! entregarse por completo. Obviamente él era monógamo, y aunque, el primer instante lo uso para enamorarse de ella, los subsiguientes se enamoraría de las acompañantes.
“A”, que adivinaba los sentimientos de él, se entregó a su amado conciente que él la amaba como ella a él, así que dócilmente ella se dispuso a abrir la puerta para dejar pasar al restó de las amantes guardando silencio cada instante que el se ocupaba de su amor por otra.
Desde entonces le regala en cada silencio un poema de amor.
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Texto agregado el 29-09-2005, y leído por 137
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