Finalmente el Nigromante lo consiguió: la Gorgona, con su permanente de serpientes, Ha cambiado de hábito y costumbres. Ya no transmuta a los hombres en efigies de piedra. Usa un nuevo sortilegio: Los apremia a enamorarse a la hora del crepúsculo. © Simon Paterson
Texto agregado el 29-09-2005, y leído por 168 visitantes. (2 votos)