He puesto la mesa para dos.
Sé que esta noche vendrás.
La puerta está abierta.
La cena estará lista.
No será la última.
Será una más.
Vendrás con tu capa negra
desde la oscuridad.
Te esperaré con la luz del alma encendida.
Comeremos callados.
Conversaremos después.
Nos embriagaremos de silencio.
Lloraremos juntos tu soledad.
Te hablaré de mi amada
la de los ojos pardos.
Me contarás tu monótona tarea.
Reiremos guarangamente.
Nos confiaremos nuestras penas.
Renegaremos del dolor y la agonía.
Los condenaremos.
Te contaré de tu hermana gemela
( sé que la extrañas)
Me contaras de la luna
y te contaré del sol.
Sabes que no iré contigo.
Me esperan en la madrugada
mi bien amada,
la de la sonrisa de marfil.
Sé que seremos amigos.
Que has de volver.
La mesa estará lista
como hoy
o como ayer.
Texto agregado el 10-10-2003, y leído por 351
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Cómo el anterior ke leí, es muy bueno, al inicio pensé ke kizás sería otro más, pero luego en la lectura cai en la cuenta ke no, este un buen poema. flucito
10-10-2003
Es bastante bueno en el sentido que otorga una visión nueva del poema a la muerte. Su estructura no carece de elementos, aunque da la sensación de que se te acaba la repiración al leerlo...
Igual, me gustó. Saludos gata_lectora
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