El conejo eligio seguir por un camino, y pensaba que estaba equivocado:
-No, por aquí no es, por aqui no es… - Se repetia constantemente a la vez que avanzaba.
En el mismo momento que decia “por aquí no es” sentia un cansancio sucio, agotador y conocido, desde la entrada al camino, algunos años atrás.
Campos vírgenes, soleados y calidos, el cielo azul y los pajaros cantores complementaban momentos de pureza; aleatoriamente, negras sombras frescas cayendo de arboles de suave corteza tranquilizaban el camino e invitaban a la reflexion. Pero luego, la calidez se hacia demasiado rigida, y se transformaba en calor de fuego, pesado y combativo. Justamente en ese momento el conejo pasaba de la claridad a la interpretación de su ignorancia producida por el cambio fisico. Producto de esto, “por aquí no es” se comenzaba a decir el conejo.
Cierta vez, cuando el clima cambiaba para peor, un lagarto se acerco al cansado, transpirado y estresado conejo, mientras este se encontraba descansando en una roca.
El lagarto le dijo al conejo:
- Piensas que sufres?,
y el conejo contesto: -Si.
-Y porque lo haces?- Preguntole el lagarto al conejo
- Porque hace mucho calor, estoy cansado y ni siquiera se si este camino es el que me conviene seguir para poder llegar- contesto el conejo.
- Momento, momento…- dijo el lagarto – Me refiero a que porque piensas en sufrir-
-Porque eso es lo que la situación requiere de mi parte- contesto inexplicablemente ofendido el conejo.
- Acaso podrias dejarme observar el contrato que le has firmado a la situación?
El conejo contesto de manera pedante:
- No hay maneras de intervenir en las decisiones de la situación-
- Asi que has tratado de todas las maneras y sin embargo no has podido intervenir en las decisiones de la situación…- dijo el lagarto, mientras miraba el cielo con su mano acariciando su menton y simulando reflexion.
- Bueno, realmente mi resignacion es una ley impuesta en mi por la costumbre – confeso el conejo
- Es bueno admitirlo, pero no suficiente… - dijo el lagarto al conejo, pidiendole un esfuerzo.
- El problema aquí es que hace mucho calor y me siento muy cansado – sentencio el atrevido conejo mientras sacaba el pecho con aparente confianza en si mismo
El lagarto remato: - Eso es un problema solo interpretado por tu percepción- , - yo no siento el sufrimiento que tu sientes, porque para mi el calor ya no existe.
- De todas maneras, ninguna conclusión podria desestructurar esta infernal situación por la que estoy atravesando- dijo el conejo, y agrego : - El camino asi lo exige –
- Claro que si, pero quizas podrias dejar de seguir por ese camino –dijo el lagarto
- Y por donde iria? – pregunto con sinceridad el conejo
- Por donde quieras- dijo el lagarto
- Pero necesito seguir un camino para llegar, y de todos los que he tomado solo he aprendido a resignarme- contesto el conejo en una mezcla de tristeza y resignacion.
- Esos caminos solo existen para ti, porque tu los creaste – dijo el lagarto
- Yo no los cree – contesto todavía sorprendido el conejo
- Claro que si, los has creado a base de pensamientos prejuiciosos, y eso puede evidenciarse cada vez que insultas un camino, cada vez que no lo disfrutas y cada vez que no te sorprendes con sus paisajes, porque tu eres el blanco de tus acusaciones al camino y tu te desagradas por no saber que hacer al respecto. Lo que uno crea es la extensión de todo lo que uno es, y si el camino te desagrada, tu te pareces desagradable – dijo el lagarto
- Yo no cree los caminos – dijo el conejo combativo, -ya estaban alli cuando llegue- agrego.
El lagarto pregunto al conejo :
- Realmente te acuerdas del momento en el cual comenzaste a andar el primer camino?-
- No – contesto el conejo.
- Entonces como puedes hablar en un tono tan natural acerca de tu pasado?- pregunto el lagarto al conejo.
- Me deje llevar por una fuerza inexplicablemente convencedora propulsada desde alguna parte de mi ser – dijo el conejo, - y esa fuerza propulso a la vez a mis pensamientos a interpretarla de alguna manera.- agrego el conejo cansado de tanto pensar.
El lagarto dijo: - Y ya que tu tenias la posibilidad de interpretarla, por que no interpretaste la fuerza con pensamientos sanos que pudieran servir de canalizadores de esa fuerza, y asi poder sentir la misma en cada reaccion sensual que esos mismos pensamientos provocan?
- Porque ya no tengo de esos pensamientos dentro de mi – contesto el conejo
- Si sigues permitiendo que tus pensamientos habituales te ocupen lugar en la mente, no dejaras lugar para los pensamientos puros que puedan llegar – le advirtio el lagarto
- Pero para poder tener pensamientos puros, hay que pensar en tenerlos, y lo haria mediante el uso de mis pensamientos habituales – dijo el conejo expectante.
- No hay que “pensar en tenerlos”- dijo el lagarto, yo se y te lo he dicho; necesitas tener lugar para los pensamientos que puedan llegar.
- O sea que solo tengo que esperarlos y no hacer nada? – pregunto con entusiasmo el occidentalizado conejo
- Tienes que esperarlos y lo que tienes que hacer para que lleguen es ignorar los pensamientos habituales- contesto el lagarto – y siguió: - De esa manera, la fuerza inexplicable no se vera artificializada por los pensamientos habituales que tu interpretación hace de ella, y entonces sentiras su realidad y veras todo desde un nuevo punto de vista el cual desacreditara o perfeccionara tus pensamientos, ese es el camino que te aconsejo; y si quieres saber como seguir su recorrido, guiate por el sentimiento de plenitud que esta en tu pecho, puesto que ese sentimiento te indicara que estas en contacto con la fuerza inexplicable, ya que tus pensamientos no estan interviniendo en el contacto de tu ser con ella.- dijo el lagarto.
- Bueno – dijo el conejo, - lo voy a pensar-.
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