Una tarde fría y nublada, mis ojos pesados intentan cerrarse, pero no, hago hasta lo imposible por impedirlo. Vienen a mi mente todas esas imágenes de los dibujos animados "Técnicas para mantenerse despierto" que incluyen pegarse las pestañas a la frente con cinta de enmascarar, pero no encuentro ninguna lo suficientemente decente como para aplicarla. Estoy en la sala de espera, aunque debería llamarse la de los desesperados.

Creo que no hay nada más molesto que esperar, por favor corrijanme si estoy en un error. Estas salas no deberían existir si nos consideramos personas valiosas y que tenemos al menos un poco de importancia.

Apenas entramos a una sala de desesperados hay un letrero invisible que nos dice: "Yo soy más, uds. menos y me van a esperar allí hasta que a mi se me dé la gana de atenderlo". Ustedes seguramente lo sabrán si alguna vez han estado en un lugar así.

Después de 15 min. pasa la niña de servicios generales ofreciéndole algo de tomar a todos menos a ti, y ahora el letrero que vimos a la entrada comienza a hacerse mas real y hace que tu desespero valla en aumento.

Tienes dos opciones, mandar todo al carajo y decidir que tu tiempo es lo suficientemente valioso como para desperdiciarlo en una sala de desesperados. Mas esto requiere volver a llamar a la persona que te dejó plantado para que te vuelva a dar una cita y que termines en el mismo lugar, y te toca! eso es lo peor ya que de esto depende tu trabajo. Qué humillante!

El otro camino es quedarte sentado como un idiota mientras la secretaria te dice cada 5 min. que ya te van a atender. Desgraciadamente me fuí por la seguda. En estas dices bueno al menos intentemos al menos aprovechar el tiempo y buscas en tu maleta el libro que siempre llevas contigo pero que nunca usas haciéndolo un peso innecesario. Abres tu maleta y recuerdas que lo dejaste esta mañana en casa porque ibas a estar muy ocupado para leer!!! jajaja... valla ironía... así que finalmente eres un imbecil.

Ya van 35 min, bueno, realmente 45 ya que eres un cretino y siempre llegas 15 min antes, a tus citas, por si te pierdes, se vara el bus etc. Así que el asiento en el que estás sentado ya tiene tus características muy al estilo original de Homero Simpson.

El caso, ya van 45 min. y tu amable prospecto no ha salido de la reunión con el jefe. Siendo las 5:40 pm toda la gente comienza a evacuar el edificio y sientes quedarte solo con la gentil recepcionista y el de seguridad!! qué esperanzas te quedan.


Después de mi absolutamente infructífera reunión salgo con una sonrisa hermosamente esculpida en mi rostro, una sonrisa derrotista bastante patética, De nuevo la vida me ha hecho una jugarreta.

Cuando me llama la recepcionista salgo de mi momentánea ensoñación y me acerco a recoger esa tarjeta de visitante #7 que te marca como insignificante, como el cretino que no tiene ni idea a donde va. Al subir en el asensor que tiene un incómodo espejo extra grande que te intimiday ves la cara de tu prospecto imaginario diciendote "arréglese la blusa, el pelo, y todo lo que tenga mal puesto!", acompañado esto con la mirada de extrañesa de los que comparten el espacio de 2x2 hasta el 7mo piso y se roban tu aire.

Al llegar frente a la puerta doble de cristal, llamas timidamente por el citófono al prospecto ya que estas en uno de esos edificios de máxima seguridad y finalmente éste oprime el bzzzz que te permite el acceso a este espléndido recinto.

Después de una reunión que no duró más de medio minuto... bueno puedo estar haciendo uso de la hipérbole, pero este tiempo suele pasar TAN lentamente... igual para lo que me dijo no se necesitaba más... me hizo 3 preguntas y finalmente me dijo que no.

Ahhh?? genial! la espera, el tiempo, y la intención todas perdidas por una misma razón. Y lo triste del relato es que te verás condenado una y otra vez a verte en esta humillante situación, a esperar en estas salas tan especiales, las encuetras en todas partes inclusive en el comedor de tu casa...