Una noche así, ventanas abiertas, jazmines en el aire y la magia de la luna, como un dólar de plata. Tu cuerpo de mujer, una constelación de pecas sobre sábanas blancas. Tus muslos: dos columnas que custodian la entrada del que fue mi hogar, tu vulva de fuego donde me consumía. © Simon Paterson
Texto agregado el 29-09-2005, y leído por 206 visitantes. (7 votos)