Se abalanzó a la calle con sus 50 y sus pocos pelos encima.
Hizo una seña seca al colectivo destartalado.
Y me cedió el paso.
Me senté en el primero de los asientos.
Y él a mi lado.
Me hundí en el rincón de la ventanilla.
El quebró mi espacio interpersonal.
O se me puso un poco encima.
No me molestó porque su brazo
olía a una comida con suficiente pimienta.
Me gustó ese hombre del colectivo.
Lástima, o suerte, que mi parada llegó pronto.
Texto agregado el 28-09-2005, y leído por 150
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¿Qué incógnita guarda ese hombre de pimienta? Una forma muy curiosa de contar tu encuentro con este peculiar personaje (¡en realidad hay tantos! yo mismo sin ir más lejos, aunque no llego a los 50, ni a los 40 ¿eso es bueno o malo?)
Me gustó por su forma y contenido
Saludos!!! CapitanDormido
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