Vuelvo mis pasos,a un ayer incierto,
instantes que se mezclan,
en momentos proyectados.
Mi yo puro aparece,
blanco,
aun sin marcas,
preparado a recibir,
las huellas de personas,
en lugares que transforman,
mi vida en mil vivencias.
De nada me arrepiento,
vale la pena lo vivido.
Cada acto y cada instante,
en mi grabado está,
haciéndose alimento,
de mi yo que hoy es persona.
Las caricias de mi madre,
enseñandome a amar.
El consuelo de mi padre,
cuando la realidad temía afrontar.
Instantes en familia,
alegres fiestas compartidas.
Navidades,
un regalo,
sueños cumplidos,
en cosas simples.
Momentos agradables,
con amigos de verdad.
Una charla, una sonrisa,
obtenida con ingenio,
o simplemente
imaginando locuras.
También desazón y pena,
por traiciones no esperadas.
Amores de adolescencia,
ese primer beso y un te amo,
haciendo latir el corazón.
Un amor que se acaba,
y las lágrima del corazón.
Todo marca, todo enseña.
Y crezco.
Hoy soy fuerte,
hoy soy yo,
por todos,
quienes en mi vida han estado,
acompañándome, marcando presencia,
desde ayer.
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