¡Oh, cruel destino de muerte,
fatídico once de marzo!
Cuántas las almas segadas,
Cuantos dolores y llantos,
Cuanta la vida cortada,
Cuantos los sueños truncados
¡Oh, cruel destino de muerte,
fatídico once de marzo!
llevaste a muerte, las almas
De héroes de sudor y llanto,
aquel día, señalabas,
permitiste un atentado.
¡Oh, cruel destino de muerte,
fatídico once de marzo!
No hay castigo suficiente
Para los demonios de marzo.
¡Oh, cruel día de parca muerte!
Hoy eres tú, el penitente:
Casi trescientas las almas
Arrancadas por la muerte.
Ruego a Dios humildemente:
Que a sus familias, llegue la paz,
Recoge en tu mano con bondad,
Esas almas, sin culpa e inocentes .
Unas muertas, otras vivas
Degradadas o perdidas.
¡Tantas almas inocentes!
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