- ¿Qué comen en tu país?

Preguntó el Sayj.

- Sal. Comen sal, azucar y aceite.

Hubo un silencio.

- ¿Y?

- Y son gordos, estúpidos y feos.

Recibió entonces carta marrón.

Con eso, podía comenzar la red en cualquier parte.

El mecanismo comenzaba por ir enveneando poco a poco a un pueblo entero, la única máscara segura era el comportamiento.

Las reacciones pronto se vieron.

Alergias, paranoias y terror absoluto.

Se había conseguido finalmente fabricar un virus humano.