Un segundo, para vivir y morir,
para cambiar el rumbo, basta tan sólo un segundo
para padecer en la oscuridad que me consume,
para recordar tu último beso,
tu promesa de vernos más tarde, para borrar tu mundo
Lo planeado se esfuma en un instante,
agoniza contigo en un segundo,
tonos de gris opaco inundan mi dolor,
y como nauseabundas serpientes
devoran mis pensamientos
Luego, sombras a mi alrededor,
palabras vacías,
surgen como espectros también sin vida,
recorriendo el universo de tus recuerdos
lamiéndose las heridas, no las tuyas ni las mías.
Qué puedo hacer ahora que nada tiene sentido,
que voy a hacer sin ti,
cómo saco tu dolor de mis latidos,
cómo vivir sin ti y sin mí,
ahora que me has llevado contigo
Maldita muerte traicionera,
siempre oculta, agazapada en la desgracia,
enséñame ahora tu cara,
dime para cuándo tu presencia
enséñanos a vivir contigo, a sentirte cerca,
para así ganarte la partida amando cada segundo de la vida
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