De los despojos de un mundo nacido inmortal brotan heridas que necesitan venganza. La naturaleza enferma juzga su fatiga y grita su tormento en catástrofes que demuestran al viento el sonido de su cansancio. Lloran los ojos del cielo la traición en tormentas de furia ácida sobre los pueblos deshechos por los propios hechos, y cada gota que se desprende de su lagrimal es el espejo vivo de un árbol victimario de la devastación que cuenta su castigo. La piel de la tierra tiembla del dolor y sacude su cáscara de miseria en cismos destructivos de violencia, que derraman su masacre depresiva sobre las almas mas débiles. Ilumina el animo del sol con su luz radiactiva que esparce su fiebre de progreso, anticipando que el desorden será la próxima fatalidad generacional. Sopla el viento enfurecido huracanadas del mañana, anunciando que las puertas del infierno permanecerán abiertas y que el publico podrá refrescar su culpa en los ríos hirvientes de sangre, camino al valle de la armonía destruida.
El salvajismo del ser cavo en silencio su propia tumba. Hoy pinta el mundo adormecido su ultima obra y en cada pincelada de horror, se balancea en el abismo. La pesadilla vomita el principio del final: miles de cadáveres de niños derraman hambre sobre la libinidad de otros, que satisfacen sus bolsillos con la impunidad de quien hospeda en su casa de ambición la imprudencia del poder.
Golpea la impotencia el corazón del sufrido reclamando recordar a la memoria y accionar a los brazos.
Cada segundo es una astilla que se entierra en el porvenir del tiempo terrenal, cada bocanada de aire es como sal en la herida abierta, cada instante fallece con dolor en las manos de un universo voluntariamente ciego; abandonemos el conformismo de que hoy aun sobrevivimos para teñir la cobardía de coraje, por la descontaminación de la lealtad en el mar pestífero de la conciencia y entonces el aroma del mínimo cambio mostrara una pizca de armonía en el paisaje humano de la realidad.
Imagino un dios consumido por su propio absoluto, que cierra en su ultima ráfaga de poder, los ventanales herméticos de los sentimientos, por la fuga letal de la ultima esperanza en el próximo desierto internacional.

Agustina