Brota en mí el jugo del amor, que me inunda caricia a caricia... engarzando pensamientos que se quedan en la íntima oscuridad. Cruzas la silueta del deseo, miras... observas... dulcemente caminas por mi piel dejando a cada paso arena de tu desierto. Tu senda me quema; me apasiona. El fuego me despierta agudizando mis sentidos... avivando llamas que encienden la noche. El viento nacido en susurros nos zarandea, me mece placidamente en tu cuna de candente y afectuosa enredadera. En sueños se escucha la melodía de tu nombre pronunicado, la canción de los amantes. La magia nos envuelve en miradas... en besos... permitiendo la entrada al oasis del cariño en donde me bañas.
Texto agregado el 27-09-2005, y leído por 224 visitantes. (8 votos)