Esta noche salí a tomar aire, cuando mi hermana menor me preguntó inocentemente
—¿A dónde vas?
—A algún lugar del universo —. Contesté yo de una forma irónica y burlona, casi cínica.
Estaba molesto, es cierto, pero al salir e ir respirando el aire helado de la noche mi mente se fue aclarando y yo fui reflexionando. No era la primera vez que decía esa frase, pero… ¿qué significaba realmente? En realidad no estaba diciendo mentiras ni falsedades, ya que vivimos en el universo y si yo fuera a cualquier lado, en realidad sería algún lugar del universo. La noche helada y un hermoso cielo estrellado me daban vueltas en la mente. Todos esos satélites, grupos de estrellas parpadeantes y uno que otro planeta que se alcanza a distinguir entre la bruma nocturna.
Tal vez soy muy tonto, pero en realidad nunca he visto una constelación bien formada. Si a caso he distinguido a Orión ya que su cinturón está formado por tres estrellas a las que la mayoría de los niños conocen como “Los tres Reyes Magos”. Puede ser falta de imaginación, ya que tampoco he visto con claridad la estructura de la vía láctea, o al menos no como ce ve en las gráficas, fotografías o la televisión. Sinembargo he visto todas esas estrellas, planetas, y satélites artificiales y naturales, que parece que nunca acaban, y que si afinas un poco la vista puedes ver más y más allá a lo lejos, y cada vez más y más, y más, y más… y cada vez más y más pequeños y difíciles de distinguir, como pequeñas lucesitas en lo alto y obscuro del cielo.
De pronto puedo ponerme a pensar en la distancia que hay entre todas esas estrella y en la que hay entre ellas y nuestro planeta.
¿A algún lugar del universo? ¿En verdad estaba viajando a algún lugar del universo? Se me ocurre que para toda esa inmensidad de espacio infinito, de planetas que son cientos de veces más grandes que el mío y de soles o estrellas millones de veces más grandes que la estrella que me alumbra y calienta por las mañanas todos los días. Tal vez para toda eso yo no soy más que una mísera e infinita partícula de polvo moviéndose sobre otra infinita parte microscópica de otra partícula de polvo en el universo. Como dice la canción: »”Tan grande y tan enorme, y sinembargo, tan pequeño que es el hombre ante el universo”.
Y pensar en lo grandes, maravillosos, poderosos enormes e infinitamente pequeños que son los seres humanos. Solo partículas de polvo cósmico flotando errantes en el cosmos infinito.
Yo no soy el único ser humano en este planeta, existen millones, cada uno con su propio universo en el interior. Hay quien dice que cada cabeza es un mundo, pero si se pusieran a investigar, hallarían más, mucho más que un simple mundo. Encontrarían todo un universo de ideas, pensamientos, miedos, deseos, ambiciones, proyectos, recuerdos, conocimientos y muchisimas cosas más. Millones de universos en millones de cabezas humanas, y cada una de ellos tan diferentes uno de otro que es raro encontrar coincidencias o puntos exactamente iguales. Y todo eso en tan solo pequeños puntos infinitos ante una terrorífica antesala como el universo en sí. ¿Alguno de esos pequeños universos coincidirá con el mío en estas ideas sobre la gran majestuosidad de la creación?
Todos los viajes estelares del hombre y sus máquinas; la llegada del hombre a la luna, los robots exploradores en Marte, las sondas a Plutón, los ovnis en la tierra. Cosas que en algunos causan escepticismo, y en otros interés, ya que de alguna manera hemos llegado a alcanzar nuevos lugares del universo, y damos pasos gigantescos para conquistarlo finalmente. ¿Realmente hemos alcanzado un lugar del universo? Ó ¿solo hemos dado un pequeño paso en el infinito? Pero dentro de todas esas dudas que yo, y seguramente alguien más debe tener (en éste universo), solo hay algo seguro:
>>Todos los logros que la humanidad ha alcanzado a través de la ciencia, los pensadores y todas las maravillas que hay en la humanidad, son realmente enormes para nosotros, pero infinitamente pequeños para el universo |