Temprano te fuiste de mi lado,
pero tu huella en mi vida, perdura imborrable,
a pesar del tiempo.
Como no quererte, madre,
si tu sonrisa,
fue la que me recibió,
en mis primeros pasos,
por este mundo.
Hoy te pienso,
quizás como un recuerdo,
que no puede ser tal.
Siempre me acompañas,
me iluminas y das fuerza,
con tu presencia cariñosa
que día a día siento.
Te veo alegre,
luchadora incansable.
Mujer fuerte y llena de ternura,
dispuesta a dar,
a entregarte sin reservas,
por quienes más querías.
Cuantas charlas quedaron pendientes,
entre nosotros.
Cuantos secretos y sueños,
no te pude compartir.
Nunca pensé que aquella tarde invernal,
sería la última que te vería.
¿Como haberlo imaginado?
Si tan llena de vida estabas.
En mi corazón sigue la pena,
la impotencia de no haber podido,
decirte adiós,
antes que partieras.
Pero también sé,
que estando siempre conmigo,
ese adiós,
ya no era necesario.
Hoy desde donde estás,
mi corazón puedes leer,
y bien sabes lo que en él siento:
te quiero desde siempre,
primera mujer en mi vida,
el amor me enseñaste,
en tu compañía cariñosa,
para siempre en mi estarás,
y esta presencia agradezco,
expresando en estos versos
lo mucho que te amo, Mamá
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