Te levantas una mañana y tras apreciar la tenue luz del alba, piensas, a donde iré hoy, donde acabaré y si conoceré algo nuevo que me haga reír tanto como lo hice ayer. Te lanzas al vacío de una profunda intriga y sin saber nada más, te sumerges en una fantasía de la que deseas no salir, pues estás donde anhelas. En ese lugar en el que el olvido no existe y donde las preocupaciones se cruzan de un lado al otro de la calle buscando una colisión, un choque que tampoco existe…Pasas el día divagando y soñando donde, como y por qué estás así y te das cuenta que no estás aprovechando ese instante tan poco sombrío que se te da. Esperas que el ocaso te de lo que buscas cuando ni siquiera tú sabes de que va. Tras anochecer te das cuenta que esto te pasa muchas veces en tu vida y que son pocos los días que tienes las suerte de reír antes de dormir