El rubor triste de la noche se ha apoderado de mis pestañas, ellas saluden al lago obscuro que desde mi nacimiento yace bajo mis ojos, dandole así sombra y penumbra a toda mi redonda cara. Mi nariz siempre mirando al frente. Mi boca da a relucir dientes de murcielago hervivoro. Enamorada y a veces desilusionada del aire, ´¿Cómo olvidar las veces en que me fue lejano?, obteniendo así angustia y miedo. Pero allí estaba él, como un sueño de porcelana,apasiguandome. Sus manos como arcoiris llenaron mi vida de color. Hoy en día puedes verme obstinada en los estudios, luchando por mis ideales, durmiendo poco, despertando temprano, quizás saludando a las hojas, tal vez pintando el cielo, escribiendo unos versos, peleando con el viento, besando a la lluvia, escondida de la gente, viajando a las estrellas o tal vez regosijada en tu risa.
En un momento una niña triste y vacía me miraba con los ojos fijos, sentada sobre la obscuridad y la nada, suplicando agua, era como un espejo roto que hoy se ha unido para escribir unos versos. |