1-Bañaré tu piel
Bañaré tu piel en caricias,
caminaré con mis dedos
por tu cuerpo desnudo,
buscando tentarte
hasta la locura.
Bañaré tu piel en disfrute
jugaré con mis manos
estremeceré tu rostro,
estremeceré tu sexo,
hasta el gran goce.
Bañaré tu piel en besos,
recorriéndote con ardor,
suave como brisa leve,
suave como mi voz,
hasta tu extasis.
Bañaré tu piel en versos
dibujando tu nombre
dibujando tu ser
atrevida, sensual,
hasta embriagarte.
Jazmín
2-Señal
Con intensidad me deleito en tí,
cautivas toda mi piel, mi ser.
No sigas más en la oscuridad,
sin rostro, con muchos latidos.
No me niegues tercamente,
anuda tu alma a la mía.
Ya no sé si soy lo que aún soy
por tí, por mí. ¿No me percibes?
Eres mi silencio iluminado,
mi sobresalto de cada noche.
No seas tirano, solo te pido
esa señal que solo tú me das.
Jazmín
3-Una infiel
El se quitó la corbata
ella se quitó el vestido.
El, su cinturón con revólver
ella su corpiño almidonado.
Las luces se apagaron
y se encendieron los grillos.
Tocó sus pechos dormidos
y se abrió la música del alma.
El río en silencio,
ella sobre los juncos.
Sus muslos se le escapaban
un poco de frío, otro de calor.
Esa noche él recorrió
el mejor de los caminos
montado en una potra de marfil
sin bridas y sin estribos.
Ella le dijo palabras
que un buen hombre
no pronunciará jamás.
Se batieron entre sables
de bronce y arena.
Sucios de besos y yuyos
se vistieron en silencio.
El no quiso enamorarse
porque ella tenía marido.
Jazmín
4-Caricias del sol
Sentada sobre la hierba,
viendo el río correr,
el sol me lanza sus rayos,
como esa necesaria caricia.
Se elevan mis versos,
el agua mansa va,
abro grandes mis ojos,
viendo todo el paisaje.
No dejo sensación
no dejo emoción,
sin esa magia y luz
que solo tú me das.
Jazmín
5-Cuerpo
Tu cuerpo afiebra el mío,
tus versos cantan en mí.
Un invisible fluye en tí,
un delirio estelar,
palpito en tu espera.
Que no te empañe mi llama,
o te inquiete mi perfume.
Tu hechizo me invade
desde el aura al corazón.
Tu sombra me fascina,
necesito tu luz
para seguir, para ser fulgor.
Cómo consolar este deseo
que me emborracha, me pierde.
Eres el tesoro de mis ansias,
sueño de mis sueños.
Dame aire, anhelo, latido,
hoy no siento tu fragancia.
Jazmín
6-Soy
Soy pasión
llevada por el viento,
soy batalla,
en la pampa húmeda,
soy volcán
en la llama encendida,
soy gota
en el árido desierto,
soy fuerza,
en el grano de arena.
Soy piel
en el espejo de tus ojos,
soy ardor
en turbulencia de paz,
soy pétalo
en todos tus silencios.
Soy lo que me haces
me das placer
doy emoción.
Soy lo que tocas,
me das pincel,
doy color.
Soy lo que amas,
me das amor,
doy amor.
Jazmín
7-Tango
Noche de tango
baile del cuerpo
de almas vagabundas,
mezcla de arte, de música,
movimientos y poesía.
Tangueros, milongueros,
acompañantes, bailarines
me tiendo en sus brazos
en un viejo burdel
y me dejo al abandono
de un desafinado acordeón.
Melange de estilos,
de culturas, de ritmos,
de tristezas y alegrías
sobre el Río de la Plata.
Paso de una milonga a otra
buscando la perfección
del cuerpo y pasos,
en un vals cruzado
con un desconocido.
Se produce ese uno
en ritmo y alma,
se dice con los piés
lo que el corazón habla.
Se produce ese sutil
erotismo de culturas.
Canciones melancólicas
en la noche por venir.
Fantasmas del tango
dejan lugar a la vida
a tí que respondes
una seductora invitación
al viaje del tiempo.
Jazmín
8-Quiero
Quién es ese hombre
que me mira y me desnuda
nadie me lo quita
yo soy su mujer
No despiertes
sigue soñando
no deshagas tus poemas
que son bellos versos
sigue tu sendero
su mirada está ahí
no des vueltas
y menos al tiempo.
Jazmín
9-Solecitos
Tomando cerveza con el Negro
Era por la tarde
la hora del almuerzo
mi trabajo ya habia terminado
el deseaba desenchufarse.
Llego la solecito
y alli nos pusimos a beber
cuanto estuvimos asi no recuerdo!!!
pero terminamos debajo
del escritorio.
Hicimos todo lo que tu imaginacion
crea posible
y mas tambien
solo recuerdo sus manos desabrochando
mi blusa!!
Y cuando me introdujo
su gran sex excitado!!
Jazmin
10-Surco de luz
Un surco de luz,
sobre tu cuerpo dormido,
deja como un misterio,
de polvo infinito.
Es de color dorado,
sobre tu piel bronceada.
Me abrazo a tu piel desnuda,
de mil colores fundida.
Y al pie de tu cama,
caigo y hago naufragio,
provoco las olas
y luego la marejada,
en mi deseo salvaje.
Y tomo el camino,
de tu cuerpo a la deriva.
Errante como un pagano,
sobre una tierra prometida.
Y luego mis manos codiciosas,
en este juego de impaciencia,
no debo ser tan presurosa,
a bordo de la abundancia,
y luego este cuerpo apremiado,
en esta sed intensa,
que es necesario música,
para hacerte lealtad.
Una sospecha de sueño,
en tu mirada cristalina,
como perlas de sol,
batallas de azul límpido,
y la sombra de tus tristezas,
responde a mi llamada,
a este juego tan sensual,
que sigue siendo eterno.
Jazmín
11-Punta de los dedos
La punta de mis dedos,
tocará tu piel,
como un violín,
en suspiros de abandono.
Jugaré con tu cuerpo,
como se juega con la guitarra,
encontraré los acordes,
que harán de tí,
un hombre sin armadura,
un hombre sin dolores.
Y te dejaré cansado
sobre las orillas,
de un nuevo paraíso.
En el fondo del amor,
mi vientre, mi boca,
te arrancarán
ese deseo necesario,
allí, donde las almas,
se funden en un solo ser.
Me ahogaré en tus ojos cuando me miren,
para violar tus sueños de fuego,
y saber que en ese lugar,
te llevo a un momento vertiginoso,
donde todo oscila en sinfonía.
Te diré palabras suaves,
y a veces las más crueles,
que hayas escuchado jamás.
Y te diré las que no se murmuran,
en el olvido del futuro,
entonces te dejaré también vacío,
y tan límpido, vacío,
gimiente, que irreal.
Jazmín
12-El viejo hombre enamorado
Una habitación inmensa
adornada de cuadros,
algunos son evidentes
que son de nueva creación.
Otros tan viejos que muestran
pizcas de vida en pedazos.
Una vela en un candelabro
hace bailar una pequeña llama
que recuerda al hombre su drama
y el recuerdo de su desconocida amada.
Busca su botella
y bebe un trago
y sentado sobre su sofá
llora suavemente comtemplando
el desnudo sobre la chimenea.
Es de una mujer
sin nada en particular,
que viene de una alejada región
del sur del planeta,
un ser tan profundo y ligero,
que su vida le pareció
plasmarla en un cuadro
más llevadera de vivir.
Era su musa y su dulcinea,
su patria desarraigada,
su mujer creada,
sus senos lo cobijaban,
y lo invitaban al placer
en soledad con ella,
a las más pecaminosas escenas,
su risa su más bonita melodía
y su mirada el paseo de sus pensamientos.
Jazmín |