Y tuvimos entonces que clavarnos de espinas el cuerpo,
Vendamos los ojos de Dios para evitar su llanto
Y nos odiamos en silencio.
Grité tu muerte con la fuerza de un estadio,
Cerré mi puerta y la encadene a siete caballos,
Maldije tu nombre y el de tu acompañante,
Les prendí hogueras cenizas y sangres.
Navegue por veinte mares,
Diez del planeta tierra y diez de Marte,
Me apronte a correr en fuga,
Escapándome de los desastres,
Nevó entonces sobre la arena,
Y me ahogue despacio en la marea,
Me excuse por lo cometido,
Pero el daño ya estaba hecho y la herida seca.
No puedo respirar, me ahogo,
Necesito que alguien me vea,
Había vendado los ojos de Dios… quede indefensa
Perdón, perdón, perdón,
Estoy asustada y necesito apagar la hoguera,
Curaré la herida y borrare las marcas tiesas,
Se que el tiempo ha pasado
Y la maldad esta hecha,
Solo perdón...
Por haber cubierto tus ojos,
Por haber clavado espinas,
Por haber causado dolor,
Por olvidarme por un segundo de quien soy,
De donde vengo y adonde voy.
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