- “Mamá mire ese loco” -. Dijo el niño halando las faldas de su mama, a la vez que señalaba a un hombre que corría y saltaba en el centro del gran parque de la ciudad en medio de los arboles y las flores, de vez en cuando se escuchaban las carcajadas del loco, dejando la sensación que el hombre era feliz.
-“Si mijo, pero no lo mires mas pues se puede poner bravo” -, respondió la señora.
La gente se fue reuniendo en uno de los costados del parque a mirar las cabriolas que el loco en su felicidad hacia, poco a poco comenzaron a sonreír y a hablar entre si.- “Fíjense como se ríe de sabroso”-, decía uno. – “Parece feliz”-, decía otro. – “Ojalá yo también estuviera loco”-, decía un tercero, y así poco a poco los ánimos se fueron calmando, la gente se relajó y sonrió, se escucharon algunos chistes, se fue formando un aire de camaradería entre los curiosos, hasta que el loco se percató de su publico y riendo se acerco al corrillo, todos lo saludaron muy amablemente, él le respondió a cada uno y sonrió con mas gana.
No bien el buen ambiente se apodero de los espectadores cuando alguien le pregunto al loco. –“Díganos amigo, cual es el motivo de su felicidad, pues quisiéramos saberlo para estar como usted”-, a lo que respondió el loco.
- “Señores, es muy sencillo, estoy enamorado, no es maravilloso ?”.-
Cuando llegaron los policías al parque no podían entender que le pasaba a toda esa gente que corría, cantaba y reía de tan buena gana.
|