Hace ya tanto tiempo que camine entre los laberintos fingidos del mundo detrás de un espejo, aquel mundo perdido, bohemio y reflejo de nuestros sueños, aquel donde conocí a aquel ser que vivía dentro de mí.
Era un día muy normal, tan normal que amenazaba con ser aburridor, me dirigí como siempre a auto conversar con mi reflejo en el espejo, pero algo ese día parecía ser diferente dentro de mi, mientras meditaba que tema conversar, una voz dentro de mi preguntaba -por que la gente se ilusiona al ver el sol brillar, pero desconocen la diminuta estrella que hace parte de aquella constelación disfrazada de oscuro color negro- .
Quede sumido a un breve silencio, en el que escuche a aquella voz resumir – un día tu y yo, seremos como aquella estrella diminuta e ignorada, los otros serán como quienes no merecen conocer su propia existencia-.
En aquel momento regrese a mi realidad, sacudí mi cabeza de un lado a otro, tratando de despejar aquellas ideas que me parecían tontas e inútiles, pero volví a sentir y con mayor fuerza en mi cabeza aquella voz que gritaba - ¡A pesar de los años, las dificultades y desilusiones que has vivido, aun ¿ no aprendes el significado de tu destino?, ¡Tú naciste escogido entre miles, para llevar a cabo un gran viaje al interior de nuestro mundo, el cual es parte de ti mismo!, tu amigo mío eres un viajero dentro de ti mismo -.
No pude evitar reírme irónicamente y contestarle a aquella voz –creo que te equivocaste de persona, yo no creo en el destino, además no tengo dinero ni para hacer un pequeño viaje y menos creo en que viajar sea para lo que nací -.
Sentí que aquella voz tomaba forma en mi rostro y asemejaba una muy sincera sonrisa, dulce e inocente como solo los niños son capaces de sentir, esto me hizo sentir a ese ser mas cercano a mi que mi propia piel, mientras el seguía convenciéndome sobre aquella fuerza interna que ciertos seres posen, que solo con el verdadero conocimiento de nuestras emociones mas profundas, sobre el significado de las experiencias pasadas y un gran valor de lucha por levantarnos de nuestros fracasos, esto nos llevara a desear conocerlo todo, a perderle el miedo a lo que desconocemos por la duda de que pueda hacernos daño y aun así seguir sonriendo, pues ese valor interno que poseemos nos hace sentirnos dioses de nuestro propio mundo, esto nos convierte en seres sensibles que llegamos a hacernos parte de la historia de quienes se tropiezan en nuestro camino, entendiéndolas, sufriéndolas, cambiándolas y hasta mejorándolas, pero debemos seguir el camino, debemos marcharnos para encontrar nuevas oportunidades, muy pocas veces nos es permitido volver a las historias que dejamos atrás… Es así mi querido cómplice, como nos convertimos en viajeros, primero de nosotros mismos y luego de la historia de quienes nos siguen.
Quede tan sorprendido de que ese ser fuera yo mismo, mis propias palabras, mi propia motivación y valor, todo aquello explicaba mi extraña personalidad, uno y cada uno de los pasos de mi destino, comprendí mi realidad, mi aparente locura y desesperación por aprender a como ayudar a quienes vivíamos el mismo infierno.
Ahora entendía el gran valor de mi vida, mire muy fijamente al ser reflejado en el espejo, pues aun mantenía una curiosa pregunta en mi mente -¿Quién eres realmente ser del espejo?-, este sonrió tan dulcemente que parecía ironía, respondiéndome – Yo soy a quien no puedes engañar, soy lo único verdadero en ti, ese que nace y muere contigo, ese que te anima desde la entrañable alma, ese que se extraña cuando lo ignoras… yo soy tu indudable intimidad.



Carlos Alberto Diaz Reales
23 de septiembre del 2005