Porque tengo la certeza de que las cosas siempre cumplen con un designio, alejado de unos y muy cercanos de otros, siempre, habrá situaciones por las cuales llorar o reír.
Unos despiertan, diariamente manifestados en el profundo fracaso, pero sin embargo, convencidos, de que sus preludios, son gloriosos como el primer vuelo que arranca a un volantín.
Otros, reniegan de su pasado y buscan, personas que no se asimilen en lo arbitrario, a quienes estuvieron en caminos oscuros, acompañando borracheras de soledad.
He conocido almas,
Que por las noches, merodean de una esquina en otra, de su casa, echando humo de cigarrillos, aterrados, por las posibles tormentas que vigilarán sus vidas y no se dan cuenta, que siguiendo vivos, respirando... tienen el arma necesaria, para seguir triunfantes, en cada batalla que se presente.
Otros, dejaron hijos, mujeres y amores a poco acabar y hoy se rehúsan a volver a amar, sabiendo, que la peor desdicha, es vivir sin amar y apisonan fuerte los puños, falseando una caída suave, cuando en verdad, el golpe es el mas triste, en quienes no saben perder.
He visto cabezas aturdidas, cruzando las calles de Santiago, no percatándose en lo absoluto, del inmenso rayo de sol que enciende sus pupilas, pero el ritmo degenerado de sus pasos, los ha llevado como caballos de carrera, a la propia desgracia del alma, la ambición .
He sentido el repulsivo olor a depresión a metros de mi nariz y he llorado, sintiendo que se escapa mi vida y lo peor... es que se escapa con otras vidas, que jamás, debieron estar en mi camino.
Pude sentir, el peso de madres que a pesar, de tener el amor en sus manos y las condiciones suficientes para crear, criar y vencer... escaparon como viles ratas estremecidas, poniendo en frente, siempre el narcisismo.
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