Es curioso lo complicado que somos las mujeres en cuestión de sexo, bueno la verdad que sería más exacto decir que qué complicadas somos las mujeres en general. Mientras en todo el hombre es más simple que el mecanismo de un chupete nosotras intentamos dar vueltas y arreglar el mundo con las misma herramientas que McGiver, un chicle y un cable.

Pero el tema de este relato no son las diferencias entre hombres y mujeres sino los orgasmos.

Hay montones de tipos de orgasmos, muchos de ellos son los que se producen cuando hay sexo por medio, más o menos intensos, más o menos placenteros.

Pero a mí ahora mismo me interesan esos orgasmos que se producen cuando no hay sexo por medio.

El significado de la palabra orgasmo según el Diccionario de la Real Academia es el siguiente:

1.- Culminación del placer sexual
2.- Exaltación de la vitalidad de un órgano

Realmente utilizamos mal esta palabra, la utilizamos simplemente cuando queremos referirnos al sexo y ¿Qué pasa con todas esas situaciones que nos producen un placer fuera de lo normal? ¿Cómo las definiríamos?.

Todos nuestros sentidos pueden producirnos placer, todos nuestros órganos son capaces de exaltarse hasta el orgasmo.

¿Por qué asociar el orgasmo a una serie de convulsiones en la parte baja de nuestro cuerpo??

No hace mucho tiempo me asombraba cuando una amiga me decía que ella tenía orgasmos gustativos. Me aclaró que los tenía cuando comía tortilla de patata,

Ayer mismo yo experimenté en mi propio cuerpo un tipo de orgasmo que no había sentido, simplemente cuando una persona me dijo algo que llevaba muchísimo tiempo deseando oír. Fue una sensación de tensión seguida de una placidez en todo mi cuerpo y curiosamente hasta mi cuerpo produjo humedades.

¿Cómo se podría definir ese placer tan intenso que se siente cuando se consigue algo que deseamos?. Creo que podríamos también llamarle orgasmo.

Estoy segura que más de uno es capaz de tener orgasmos acariciando el dinero o viendo incluso el mar chocando con las rocas de la costa.

El otro día leí que se ha utilizado el orgasmo como medio de tortura, a través de las cosquillas eran capaces de llegar a una situación en que un orgasmo se encadenaba a otro hasta incluso poder hacer llegar a la locura. Y no creo que en ese caso la víctima estuviese muy excitada sexualmente que digamos.

El orgasmo como instrumento de tortura y como instrumento de placer.