¿Cómo es que es tu nombre? Ni siquiera puedo repetirlo sin sonreír por los recuerdos que tu imagen me trae a la cabeza.

Han pasado días, ¿cuántos? en realidad no los he podido cuantificar pero me he dado cuenta de que desde entonces el cielo no es igual, parece menos grato e incluso aburridor, falta poco para que el sol y la luna lo vean marcharse.

Honestamente en este punto el sinsentido me parece relativo y confío profundamente en que tú pensaras igual.

Hace aproximadamente 5 meses conocí este árbol y con un “hola” decidí hacerme pasar por su sombra, esa bajo la cual todos querían refugiarse, sin embargo no tenía ninguna mala intensión y, como me ha pasado antes, tiendo a arrepentirme. Con mi amigo el árbol no ocurrió diferente y en pocas horas me dejaba desplantarlo para poder salir juntos; el árbol se hizo mi hermano, pero el día que noté que sus hojas cambiaban de color me atemoricé y decidí alejarme. Falta poco.

Hoy te vi añorando volver pronto y me causó gracia así que lo comenté con otro árbol, no el mismo, y hemos llegado a la conclusión de que tienes miedo sólo porque nunca has estado realmente sola. Tranquila, un reloj lejos corre más rápido que en su propia casa. Ya verás.

Tú eres alegría y aunque es realmente poco lo que llevo de conocerte puedo asegurar, sin duda alguna, que eres muy buena persona, que sonríes por las cosas buenas que tiene la vida, que podrías pasar todo un día viendo el mar sin notar que la espuma dejó de ser la misma tiempo atrás; que no tardarías una hora en decidir que usar; que no te importaría gastarte una vida o un dineral en alguien a quien quieres. Es la gente como tú quienes me hacen recordar que la vida tiene cosas buenas y que soy demasiado cobarde como para terminar con ella a pesar de las amenazas que me hago y de que todo me salga mal.

Nunca me atrevería a cambiar por danzas tus lamentos, sería muy hipócrita, y es que son los lamentos de un día los que nos alegran el siguiente.

Cálmate, pásala rico y no trates de entender mis palabras. Debes aprender a mirar más profundo. Macéralo un poco y cuando regreses hablamos. Nos vemos cuando vuelvas.