Pensamientos que caen
como gotas de lluvia,
uno a uno,
en perfecta sincronía.
Estrellados contra el pavimento
se entremezclan,
son arrastrados,
se diluyen en la tierra,
condenados al olvido.
Se atrevieron a escapar
sin mirar los rostros,
testigos silenciosos de un futuro
en existencia desde aquel pasado
que me negaba a reconocer.


Congelados los pasos
cedimos ante un temor mayor
una mirada pacífica no era suficiente
aun cuando las palabras sobraron.
Cubiertos,
por extraños velos
empecé a creer que la oscuridad era habitual:
la noche en proceso de eternización.

Inanimado permanece mi cuerpo,
avance postergado hasta nuevo aviso.
Los gritos no se escuchan,
a pesar de los intentos.
Aprendizaje que continúa pendiente,
sin poder dar con la solución.

A pesar,
de los intentos de la noche,
los pensamientos que se escapan,
sigo capaz de razonar:
búsqueda de respuestas
encontrar el modo,
como esperar que esta voz se escuche
sin antes saber
como abrir mis labios.