Apenas tenia 13 años cuando me fui a México por una temporada a estudiar, alla viví con mi tío y su esposa por un tiempo. Fue ahí donde una tarde que asistí al club de golf, conocí Gabriel…

“¿Que te pasa? ¿Porque hoy jugaste tan mal?” Le preguntaba su entrenador de tenis al terminar el partido. “Es que esta niña tan linda me ah puesto nervioso” contesto sonriendo mientras sus ojos verdes me miraban y yo hecha un atajo de nervios, de una forma muy coqueta, reí.

Esa noche, no podía dormir recordando aquellas palabras que se repetían en mi mente… “esa niña tan linda”… wow, no podía creer que un niño tan guapo y mayor que yo, haya pensado que yo era una niña linda. Me sentía muy emocionada por el elogio, y no encontraba las horas de regresar al club para ver si lo veía otra vez.

Al día siguiente después del colegio, me fui directo a las canchas de tenis del club, con unos nervios incontrolables que se sentían en mi estomago, busque por todos lados para ver si lo veía, pero no, no estaba el niño de la mirada verde que me había hecho sonrojar, sonreír, y soñar con El.

Ese mismo día después de bañarnos en la piscina, mis amigas y yo nos fuimos al lobby donde estaba la televisión, cuando en eso entraron un grupo de niños. Uno de ellos me arrebato mi billetera, y empezó a molestarme, yo intente quitársela, pero fue inútil, era mucho mas alto y grande que yo, y no podía contra el. De repente, un niño mas grande entro aun, y tomo mi billetera, y regresándomela me dijo: “Me llamo Gabriel, ¿y tu?” “Silvia” respondí.

Durante los próximos meses, Gabriel y yo nos hicimos amigos. Si yo no estaba en el club viéndolo jugar tenis, El estaba en mi casa viendo alguna película mientras comíamos sándwiches de queso derretidos, papitas y tomando coca cola, o sino platicando de todo y de nada, riendo hasta que el estomago nos dolía tanto que pensábamos que moriríamos de la risa, y luego llegaba la noche cuando ya Gabriel tenia que regresar a su casa.

Las mañanas en el colegio se me hacían eternas esperando aquellas tardes que tanto amaba, durante mis clases, no hacia más que acordarme de toda nuestra conversación del día anterior, y de repente me reía sola recordando alguna cosa que nos haya causado risa, y mis compañeras de clase me quedaban viendo como loca, pero a mi no me importaba, yo me sentía feliz y todo lo demás no importaba.

El tiempo paso, y un día mama llamo por teléfono para avisarme que tenia que regresar con mi familia. Ellos se habían mudado a vivir a los Estados Unidos, y yo tenia que unirme con ellos allá. En ese momento, solo pensé en Gabriel… No me quería ir, me sentía tan feliz con El, y el solo hecho de vivir una vida en la que el no estaba me hacia sentirme enferma, a tal punto que enferme de verdad y pase en cama por una semana.

Al fin llego el día en que tuve que irme de México. Eran las 10 de la mañana y tenia que dejar la casa para llegar al aeropuerto, mi avión salía al medio día. Gabriel había quedado en llegar a despedirse de mí. Espere hasta el ultimo minuto posible, pero no llego.
Llorando me subí al carro que me llevo al aeropuerto, y viaje a los Estados Unidos ese mismo día, donde me reuní con mis padres y mis hermanas. Nunca mas en mi vida me sentí tan vacía como esa noche, recordaba las veces cuando Gabriel me decía que cuando fuéramos grandes y termináramos el colegio, nos casaríamos…

Nunca más supe de El. La vida siguió su rumbo. Hoy tengo 32 años, eh vivido mil momentos lindos, conocido mil lugares, eh tenido mil amores, pero hoy, no podía dormir, recordaba aquellas risas, recordaba aquellos ojos con la mirada verde, nuestra música y nuestros dichos que solo nosotros entendíamos, lo recordaba a El… ¿Que será de vos Gabriel?