Cuando te vi a la par del pastel no pude evitar reírme. Sonreírme. Contenerme. Pasaron 365 días. El tiempo implacable. Yo sigo acá contenido.

Soy una idea atrapada entre tus tiempos. Soy una idea que no se te cruza. Soy una idea que espera que soples las velas y que desees, en ese ritual tan gastado, que yo desee que no deje mi vida abstracta.

Concreto. Concreto espero. Mientras, la esperanza imprecisa se dibuja y se borra de tus neuronas, diandritas que me transmiten a mí en ti, al compás de los aplausos. Intermitente espero.

Pero soy tan solo una idea, en medio de las velas y puedo apagarme con tu aliento.