Tac tac tac Resonaban los tacos de una gorda mujer al chocar con el pavimento. Sus pasos, cortos y rítmicos, se dirigían con rumbo propio, buscando llegar a quien sabe dónde. Tac tac Mira su reloj. Se hace tarde. Se apresura. Pero una ranura provoca que el tacón se enrede en él. ¡Trac! Se rompe el tacón. Y no le importa. Camina descalzo. Ahora sus pasos no suenan. Y resulta difícil seguir su rumbo mudo.
Texto agregado el 21-09-2005, y leído por 205 visitantes. (4 votos)