Envuelta entre suaves y doradas sábanas y el sudor de sus cuerpos y ese caraterizado olor a sexo, Susana pudo entregarle a Fabrizio lo que siempre hubo guardado para esa persona que ella consideraba especial y que al parecer había encontrado en él.
"Nunca pensé sentir así, sentirme tan unida a su alma y a su cuerpo, apreciar como entre exóticas caricias nos perdiamos en lujuria y pasión para volver encontrarnos y declararnos el amor, nunca me había entregado a los brazos del dios eros como lo había hecho con él" se decía Susana.

Hoy su alma busca la suya entre mimos ocultos y palabras que se dijeron...preguntándo a los guardas de la esquina "¿dónde puedo hallar a mi amado? ¿por qué no ha llegado?"...amarga es la separación de un dulce amor..."¿cómo un sentimiento tan sublime puede parecer tan amargo como la hiel?".

"Te sigo esperando, te sigo buscando..aun conservo tu cálido aliento que un día lleno todo mi ser".